Cabinda – La conclusión, en los próximos dos años (2023/2024), de las obras en curso del Muelle Quiebra-Mar de Tafe y de la Terminal de Aguas Profundas de Caio, del Puerto de Cabinda, van a determinar el fin de las dependencia en las operaciones de descargas y cargas y trasbordo de mercancías importadas.
El PCA del Puerto de Cabinda, José Kuvingua, refirió este jueves, en Cabinda, que marchan a buen ritmo las obras en la importante infraestructura económica de la provincia, que va a conferir una nueva dinámica para enfrentar los desafíos que se imponen, a cualquier puerto del mundo, y garantizar un desarrollo en la provincia.
José Kuvingua, que hablaba en el Fórum de Negocios y Conectividad, promovido por el Grupo Media Nova, indicó que el Puerto de Cabinda se prepara para corresponder con las actuales exigencias de los agentes importadores y armadores.
Histórico
“La discontinuidad geográfica, con relación al resto del país, hace de la provincia de Cabinda una región aislada, cuya conexión con las demás (provincias) y con el mundo se hace fundamentalmente por mar”, dijo.
Por ello, refirió que es por vía marítima que llega a Cabinda la mayor parte de los productos y equipos necesarios para la subsistencia y desarrollo de la provincia, por lo que es muy dependiente de la infraestructura marítima portuaria.
Desde su creación en 1962, hasta 2012, las infraestructuras del Puerto de Cabinda incluían un muelle de madera, a base de pilotes metálicos, capaz de recibir barcos de hasta 108 metros de largo, con un calado de 5 metros que imposibilitaba el atraque de barcos, que se veían obligados a descargar y cargar en alta mar, mediante el trasbordo a barcazas de poca profundidad.
Las operaciones también estuvieron severamente condicionadas por la agitación de las aguas marinas (mareas altas) que pusieron en riesgo las naves y equipos de manejo de carga.
El parque de contenedores, cuando era posible amarrar una nave, las operaciones de carga y descarga dependían de las grúas de la nave que realizaban como máximo seis (6) movimientos por hora.
Dio a conocer que, luego de la intervención que tuvo lugar en 2012, el Puerto de Cabinda cuenta ahora con un muelle flotante, con capacidad para recibir buques hasta una eslora máxima de 12 metros, un calado de 6 metros, un área de almacenamiento para contenedores de hormigón armado con 5.000 m2 y para recibir cerca de 8 mil TEUs (contenedores), además de contar con una vasta área de expansión de cientos de miles de metros cuadrados para el parque y almacenamiento de contenedores.
Aún con esta intervención, las actuales operaciones de carga y descarga siguen dependiendo de las grúas del buque, que realizan como máximo de 6 a 8 movimientos por hora.
José Kuvingua aclaró que gran parte de las importaciones con destino a Cabinda deben ser transbordadas en el Puerto de Luanda o en países vecinos de la región como Ponta-Negra, en la República del Congo, y para la industria petrolera, las cargas suelen transbordarse en Durban (Sudáfrica), Walvis Bay (Namibia), Lobito (Benguela) y Malabo, en Guinea Ecuatorial.
Evolución
Confiados en los niveles de ejecución física y financiera para la breve conclusión de las obras en ejecución del Muelle Rompeolas de Tafe, que tendrá una longitud de 625 metros, muelle aceptable con un calado de 9 metros zh, equipado con sistema de grúas y grúas móviles para una capacidad de hasta 100 toneladas y con el objetivo de realizar hasta 18 movimientos por hora, lo que representa una mejora del 225 por ciento en la capacidad operativa.
La Terminal de las Aguas Profundas de Caio, con dos kilómetros de acceso, una terminal de 400 metros de ancho y un calado de 15,5 metros para recibir dos grandes barcos simultáneamente, poniendo fin a las dependencias de otros puertos, especialmente de los países vecinos de la región.
Para José Kuvingua, los retos del Puerto de Cabinda son los requisitos de la Organización Marítima Internacional (OMI), en cuanto a la reducción de emisiones de CO2, con plazos establecidos hasta el 2030 y la seguridad operativa (Código PBIP).