Luanda - La ministra de Estado para el Área Social, Carolina Cerqueira, destacó, en Luanda, el papel de la mujer en la garantía de la estabilidad, la cohesión familiar y el desarrollo de las comunidades.
Carolina Cerqueira, que hablaba durante la conmemoración del Día de la Mujer Africana celebrado el 31 de julio, dijo que las mujeres han sabido reinventar soluciones para aliviar las dificultades de las familias en período de pandemia, en particular acciones para proteger a los niños y la mujer rural.
Agregó que son conscientes de sus obligaciones de ayudar a empoderar y empoderar a las mujeres más pobres, más desfavorecidas, víctimas del conflicto armado, la violencia, el racismo y la discriminación.
Según la ministra, mejorar su participación en el sector agrícola podría contribuir al crecimiento económico, siempre que tenga acceso a capacitación, nuevas tecnologías y técnicas modernas para la producción, procesamiento y comercialización de alimentos.
A su juicio, es necesario garantizar el acceso al crédito y la organización en cooperativas agrícolas, escuelas rurales y equipamientos modernos.
“El derecho a la tierra, el apoyo al asociacionismo y el empoderamiento para la integración al circuito de la economía productiva son formas prácticas de apoyo a las mujeres rurales que facilitan su acceso a insumos agrícolas, semillas y fertilizantes, para acceder a instrumentos que permitan la apertura de pequeños talleres y poner en marcha negocios familiares”, aseveró.
La gobernante también apuntó a la formación en manejo básico de pequeñas empresas, capacitación en ahorro, producción y comercialización de productos y la modernización de la agricultura y nuevas prácticas de cultivo de la tierra, incluyendo la mecanización, la creación de economías de escala y almacenamiento, así como la implementación de políticas de protección social (redes de apoyo a mis grupos vulnerables a la inseguridad alimentaria y nutricional, facilitando su acceso a alimentos y servicios básicos - agua, saneamiento, salud y eficiencia), con el fin de mejorar su forma de vida y promover la inclusión social.
“Se debe prestar especial atención a los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos, las familias de bajos ingresos y las personas que viven con enfermedades endémicas, en particular el VIH/SIDA. Comedores y cocinas comunitarias, canastas básicas de alimentos, acceso a agua potable, comidas escolares gratuitas y programas de educación alimentaria ya están en marcha en varios países africanos”, dijo.
En Angola, según Carolina Cerqueira, el Ejecutivo está desarrollando un programa sostenido de transferencias monetarias sociales que ha sacado de la pobreza a cientos de miles de personas y sus hogares, con las mujeres jugando un papel protagónico en este programa de ayuda social.
También destacó la expansión de la merienda escolar gratuita destinada a mejorar la alimentación de los niños, particularmente en las zonas más remotas del país.
El foco, agregó, está en aumentar la disponibilidad de alimentos como forma de satisfacer las necesidades alimentarias de las poblaciones a través del reforzamiento de la producción, apoyando a los agricultores familiares, uno de los grupos más vulnerables a la inseguridad alimentaria y nutricional, que deben conjugarse con acceso a recursos naturales, tecnología y mercados.
Según Carolina Cerqueira, la mayor preocupación de los gobiernos africanos es el aumento demográfico en la mayoría de los países, con un crecimiento anual del 3%, exigiendo políticas demográficas inclusivas para garantizar cuidados básicos, como salud, educación y empleo para los jóvenes.
Para paliar la situación de desnutrición de los niños, dijo, se están implementando varias iniciativas, destacando el compromiso asumido por los países africanos en la última asamblea de la FAO, fundamentado en la “Coalición Internacional para la Alimentación Escolar”, en la que los gobiernos africanos se comprometieron a mejorar la nutrición infantil en las escuelas y la introducción de prácticas de educación alimentaria, fomentando los huertos escolares, para despertar en los niños los valores de las buenas prácticas en la producción y protección de alimentos.
“La producción, procesamiento y comercialización de alimentos, así como la educación alimentaria depende sustancialmente de la mano de obra femenina en nuestro continente y existen varios programas locales de construcción voluntaria para el acceso a agua de calidad, educación para la salud y desarrollo de capacidades e intercambio de experiencias y buenas prácticas, que se fortalecen con la masificación de la alfabetización en las zonas rurales y suburbanas, la formación y capacitación técnica de las jóvenes y su acceso a las nuevas tecnologías”, expresó.
Para la ministra, la seguridad alimentaria y nutricional está directamente vinculada al bienestar físico y mental de las poblaciones, lo que les permite ser actores clave en los programas de desarrollo.
Los desafíos y oportunidades, subrayó, también deben tomar en cuenta los temas ambientales y de desarrollo humano, cuya respuesta debe ser capaz de enfrentar los riesgos provocados por el cambio climático, la sequía, los desastres naturales y otras crisis.
La fecha marca el 60 aniversario de la fundación de la Organización Panafricana de Mujeres (OPM), en 1962, en Dar-Es-Salam, República Unida de Tanzania.