Ondjiva- Doscientas 90 localidades fueron identificadas como zonas de riesgo de desastres naturales, con escenarios de inundaciones y sequías cíclicas, en la provincia de Cunene, informó este domingo, el jefe de Reducción de Riesgos y Desastres del Servicio de Protección Civil y Bomberos, 3er subjefe Aurélio David.
En declaraciones a la ANGOP, a propósito del 13 de octubre, Día Mundial para la Prevención de Desastres Naturales, Aurélio David afirmó que el organismo controla 777 mil personas afectadas por la sequía en los seis municipios, con particular incidencia en Cuanhama, Ombadja, Cahama y Curoca.
Aurélio David dijo que de las áreas catalogadas la preocupación recae en Curoca, que en época de lluvias tiene comunidades aisladas; Cahama, y en la Jangada Vieja; Santa Clara, al oeste del municipio cabecera de Namacunde; Ondjiva y Evale, al norte de Cuvelai, y la comuna de Mupa.
Para contrarrestar la situación, añadió, el Ejecutivo ha realizado obras estructurales como los canales Cafu, Ndue y Calucuve, que han paliado el problema del agua y de la agricultura de regadío.
Destacó la distribución de alimentos, con miras a minimizar los problemas comunitarios.
Dijo que el organismo viene trabajando en acciones de sensibilización, comunicación e información sobre el riesgo de desastres, con énfasis en las comunidades que residen en zonas de riesgo en la ciudad de Ondjiva.
“La intención es reducir los riesgos existentes en las comunidades, además de prevenir pérdidas humanas, fortalecer la resiliencia ante amenazas naturales y provocadas por el hombre, así como reducir sustancialmente los desastres”, destacó.
Cunene es una región propensa a desastres y cambio climático, con antecedentes de sequías prolongadas y plagas, que han afectado la vida de las comunidades rurales, generando situaciones de inseguridad alimentaria.
Recordó que Cunene vive inundaciones, inundaciones e inundaciones (2008 a 2010) y en los últimos años sequía, que ha afectado la vida de la población y su ganado.
El Día Internacional para la Reducción de Desastres (IDDR), aprobado en 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, tiene como objetivo llamar la atención de los Estados sobre la necesidad de adoptar políticas para prevenir y reducir los daños humanos y materiales, causados directamente por la ocurrencia de desastres naturales.
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