Camacupa – Cuarenta y cinco personas murieron en la comuna de Muinha, en el municipio de Camacupa, provincia de Bié, después de ser obligadas a ingerir un líquido hecho a base de hierbas, denominado “Mbulungo”, para probar si habían o no cometido determinado ceimen, "geralmente por hechicería". .
Las muertes se registraron desde diciembre de 2023 hasta febrero de este año.
Mbulungo es un veneno producido por un supuesto adivino (quimbandeiro). El líquido es tóxico y se le da a una persona acusada de la muerte de alguien en el barrio.
El sospechoso es obligado a beber el veneno y si el efecto le provoca la muerte, "entonces la acusación queda probada".
En declaraciones a la Angop, la administradora comunal de Muinha, Luzia Filemone, expresó su preocupación porque la práctica aún prevalece en esa localidad.
Según el administrador, todo sucede cuando hay desacuerdos entre familias, especialmente cuando alguien en el pueblo muere bajo sospecha de brujería.
“Para demostrar la culpabilidad del crimen, la gente acude al presunto quimbandeiro y muchos no siempre regresan vivos, ya que el veneno mata en pocas horas”, lamentó.
Dijo que el último episodio ocurrió en febrero de este año en Ombala de Tchonga, donde 12 personas bebieron el veneno y tres no resistieron, sucumbiendo el mismo día.
Para desalentar la práctica, la administración comunal de Muinha desarrolla acciones de sensibilización, advirtiendo sobre el peligro de la práctica, sin embargo, aún hay resistencia de muchas familias, que prefieren este tipo de juicio.
“El productor del veneno fue identificado y próximamente será notificado para su correspondiente esclarecimiento y tratamiento”, garantizó.
El uso de Mbulungo está registrado en casi todo el territorio de la comuna de Muinha, que controla 165 aldeas.
Recientemente, el gobernador de la provincia de Bié, Pereira Alfredo, que visitó la localidad, también expresó su preocupación por el fenómeno, afirmando que también ocurre en algunas aldeas del municipio de Chitembo.
Según Pereira Alfredo, el Estado protege la vida y trabaja para fortalecer a las familias. “
No se puede permitir que tales prácticas sigan desestabilizando la vida en las comunidades”, destacó.
Destacó que la mejor manera de resolver cualquier conflicto en la comunidad es buscar autoridades tradicionales, eclesiásticas y otros representantes del poder local. LB/PLB/EP