Luanda - El 2 de marzo, que se celebra hoy, está dedicado a la mujer angoleña, en honor a su papel crucial en la lucha de resistencia del pueblo angoleño contra la ocupación colonial portuguesa hasta la conquista de la Independencia.
La efeméride fue establecida en reconocimiento al coraje y la determinación demostrados por un grupo de mujeres, así como al precio pagado con sus vidas para contribuir a que Angola obtuviera su soberanía nacional, el 11 de noviembre de 1975.
Como ejemplos representativos de las gestas heroicas de las mujeres angoleñas en el proceso de liberación nacional, la historia del país registra nombres como los de la Reina NJinga Mbandi, Deolinda Rodrigues, Irene Cohen, Engrácia dos Santos, Teresa Afonso, Lucrécia Paím y otros nombres anónimos.
La Organización de Mujeres Angoleñas (OMA), creada en 1962 como ala femenina del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA), tuvo una influencia innegable en el apoyo a las fuerzas guerrilleras dentro y fuera de Angola, durante la Lucha Armada de Liberación Nacional.
Una vez lograda la Independencia nacional el 11 de noviembre de 1975, las mujeres angoleñas siguieron siendo participantes activas en la nueva fase de lucha que siguió, en el marco del proceso de consolidación de la soberanía nacional hacia el desarrollo socioeconómico del país.
En consecuencia, y por mérito propio, el Estado se ha impuesto legítimamente el deber de promover y liderar la lucha por la erradicación de actitudes que contrastan con la importancia del rol social de las mujeres o que vulneran sus derechos individuales y colectivos, creando así, la condiciones necesarias para su protección y garantía.
A pesar de los logros alcanzados, existe la conciencia de que las mujeres angoleñas siguen enfrentando numerosos problemas para su plena emancipación.
El alto grado de analfabetismo que está muy extendido en ella, la desigualdad en las oportunidades de empleo y de ascenso socioprofesional, la persistencia de la violencia en el hogar, que afecta fundamentalmente a mujeres y niños, son algunos de los muchos problemas a los que la sociedad deberá prestar atención especial.
La fecha, de relevante importancia para el pueblo angoleño, se celebra en un momento en el que la paz y la reconstrucción nacional se consolidan, los primeros frutos comienzan a dar sus frutos y la sociedad avanza, irreversiblemente, hacia un mayor equilibrio de género en todos los niveles de estructura social y el Estado.