Luanda – El aumento de las infraestructuras sanitarias y educativas constituye uno de los principales desafíos del Ejecutivo angoleño en los últimos cinco años, a pesar de las dificultades impuestas por las crisis financiera y pandémica (Covid-19) registradas en este período.
Con efecto, en ese período el Ejecutivo angoleño apostó fuerte en la mejoría de las condiciones médicas sanitarias y educativas, aumentando la oferta de servicios a la población, con más escuelas, hospitales, recursos humanos, medios técnicos y tecnológicos, entre otros.
Especial atención mereció el sector salud, con un aumento de la inversión, que en 2018 pasó de 388.465.188.031 kwanzas (4,01 por ciento), a Kz 841.566.888.377 (5,69 por ciento) en 2021.
Para aumentar el acceso a los servicios de salud, entre 2018 y 2021 se construyeron 68 nuevas unidades de salud en los tres niveles de atención, lo que permitió aumentar el número de camas del SNS, de 24.382 en 2019 a 29.912 en 2021, particularmente en el nivel primario de cuidado.
El proyecto se construirá en 24 meses y contará con 200 camas, 4 quirófanos, farmacia, laboratorio, rayo x, unidad de cuidados intensivos, neonatal, fisioterapia, rehabilitación y endoscopia.
Desde 2020, el país registró la entrada en operación de varias unidades de salud, entre ellas puestos y centros de salud, hospitales municipales, hospitales generales, centros de hemodiálisis y, últimamente, centros de tratamiento de Covid-19.
Entre las unidades, se destacan el Hospital Provincial y Maternidad de Lunda Sur, con 150 camas cada uno, el Banco de Urgencias del Hospital General de Bengo, con 35 camas, el Centro Sol de Hemodiálisis de Luanda, con 70 monitores para 560 pacientes y el en Cabinda, con 42 monitores para 336 pacientes.