Luanda - La trata de seres humanos (THR) continúa causando millones de víctimas en todo el mundo, con énfasis en mujeres y niños vulnerables, vendidos cada año a "precio de oro", sin opción.
Por Francisca Augusto periodista de la ANGOP
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 2,4 millones de personas ingresan, cada año, en esta dura condición, que preocupa a las sociedades y requiere respuestas adecuadas de los líderes mundiales.
Datos de la ONU indican que este negocio, repudiable bajo el derecho internacional, mueve anualmente 32 mil millones de dólares en todo el mundo, el 85% de los cuales proviene de la explotación sexual.
En concreto, según la ONU, de los más de 2,4 millones de personas traficadas, un millón son víctimas de explotación sexual, afectando el delito a unos 127 países.
Sin embargo, un Informe sobre la Trata de Personas, publicado el pasado mes de junio por el Departamento de Estado de Estados Unidos, estima que alrededor de “27 millones de personas en el mundo son víctimas de esta trata y trabajo forzoso”, la mayoría de ellas mujeres.
Se trata, por tanto, de una de las formas más graves de violación de los derechos humanos, es decir, de un fenómeno complejo, en la mayoría de los casos transnacional, de carácter oculto y en constante cambio, que resulta de varios factores.
Según varios especialistas, detrás de este fenómeno se encuentran, entre otras razones y motivaciones, el crimen organizado, las cuestiones de género, la vulnerabilidad social y la fragilidad de las poblaciones.
Como se trata de un problema mundial, lamentablemente Angola no es una excepción. En los últimos ocho años, el país comenzó a sentir, en la práctica, las consecuencias de este fenómeno.
En el período en cuestión, según el director nacional de Derechos Humanos, Yannick Bernardo, el país registró "142 casos de trata de seres humanos", lo que corresponde a un promedio de 17,7 por año.
Los hechos resultaron en 26 condenas y tres ciudadanos absueltos, con la provincia de Cunene encabezando la lista con el 40 por ciento de los casos, seguida de Cabinda, Zaire y Lunda Norte.
De hecho, el Gobierno angoleño creó una Comisión Interministerial de Lucha contra la Trata de Seres Humanos, que aprobó, en 2020, su primer Plan Nacional de Acción para contener el fenómeno.
Este plan, que tiene como objetivo prevenir y combatir la trata de seres humanos en Angola, está en marcha en el programa de Estrategia Nacional de Derechos Humanos.
El objetivo es, fundamentalmente, prevenir la trata de personas, proteger y asistir a las víctimas, responsabilizar a los delincuentes de manera seria y eficaz, incrementar las investigaciones y promover la cooperación nacional e internacional, a fin de lograr los objetivos establecidos.
El Plan de Acción 2020/2023 para Combatir la Trata de Personas dio lugar a la elaboración de un mecanismo de referencia nacional, incluidos los procedimientos operativos estandarizados para asistir y derivar a las víctimas.
La elaboración de este instrumento es un claro indicador de la determinación del Ejecutivo angoleño para garantizar la protección y asistencia a las víctimas de trata en el país.
También para desalentar esta práctica, el Gobierno de Angola incrementó, en 2021, las penas resultantes de este fenómeno, que varían de 2 a 8 años de prisión, que pueden ser incrementadas según la situación.
A pesar de las medidas, la lucha contra la trata de seres humanos debe seguir mereciendo especial atención y formar parte de las prioridades del Gobierno, teniendo en cuenta el impacto social que tiene en las familias de las víctimas.
Para ello, Angola debe reforzar los mecanismos de control e inspección migratorios en su vasta área fronteriza, especialmente en las fronteras terrestres.