Harare – La edición 2024 de la cumbre anual de la Comunidad de África Austral para el Desarrollo (SADC), organizada en Harare, la capital de Zimbabue, coincidió con el 44º aniversario de la fundación de este bloque regional formado ahora por 16 países.
En este sentido, el Jefe de Estado angoleño, João Lourenço, presentó hoy, como presidente en ejercicio de la organización, sus felicitaciones por la celebración del 17 de agosto, Día de la SADC.
En el mensaje alusivo al aniversario, João Lourenço considera que la SADC ha constituido, en las últimas tres décadas, uno de los símbolos de unidad y solidaridad que caracterizan a la comunidad.
Para el estadista angoleño, la SADC resultó ser, durante ese período, una “plataforma ineludible para defender nuestro derecho común a la libertad política, económica y social, basada en una fuerte solidaridad”.
En efecto, la organización cumplió, este 17 de agosto de 2024, 32 años de existencia formal pero 44 de su fundamentación práctica y lucha por la emancipación política, la libertad económica y la integración regional.
Diseñada para promover y lograr la integración regional en la parte sur del continente africano, la organización surgió de la transformación de la anterior Conferencia de Coordinación del Desarrollo de África Austral (SADCC), que estaba vigente desde 1980.
Este último se estableció mediante la Declaración de Lusaka, firmada el 1 de abril de 1980, por iniciativa del entonces grupo de Países de Primera Línea (PLF), una coalición informal de siete países de la región que luchaban por el fin del régimen. Apartheid y minoría blanca en Sudáfrica.
Angola, Botsuana, Lesoto, Mozambique, Tanzania, Zambia y Zimbabue fueron los siete miembros del grupo, creado en los años 60, y al que se unieron entonces Suazilandia (hoy eSwatini) y Malawi para fundar la SADCC con la misión principal de luchar contra la crisis económica. hegemonía de Sudáfrica hacia la “integración equitativa” de la región.
Transformación de la SADCC en SADC
Doce años después y después de que Namibia lograra la Independencia, la evaluación del camino recorrido por la SADCC, hasta entonces, dictó su conversión en SADC como una nueva plataforma intergubernamental para la cooperación en los ámbitos socioeconómico, político y de seguridad.
La transformación tuvo lugar durante una cumbre de jefes de Estado o de Gobierno de la SADCC celebrada en la capital de Namibia el 17 de agosto de 1992, con la firma de la Declaración de Windhoek y el Tratado de la SADC.
En su momento, la decisión se justificó por los “modestos” avances logrados, hasta entonces, en la reducción de la dependencia económica de la región y su integración económica como principales objetivos de la creación de la SADCC.
Sin restar valor a algunos de los éxitos alcanzados en los 12 años de experiencia de la SADCC, que permitieron consolidar la solidaridad y la identidad regional, se concluyó que la organización fue incapaz de movilizar el máximo de los recursos propios de la región para el desarrollo.
Sin embargo, esto sin olvidar que su puesta en práctica se produjo en un período particularmente marcado por graves problemas económicos nacionales, conflictos armados, un entorno internacional hostil y una desestabilización y agresión militar masivas por parte del régimen del apartheid en Sudáfrica.
Prevaleció el consenso de que, independientemente del enfoque, ningún país del sur de África podría avanzar, en una región con un fuerte pasado de conflictos armados y militarización asociada a la lucha por la liberación política y contra el régimen de segregación racial, agresión y desestabilización.
Esto resultó en el reconocimiento de que la creación de una identidad regional y el sentimiento de destino común entre los países y pueblos del sur de África era la mayor contribución de la SADCC al desarrollo regional.
Desde entonces, el 17 de agosto ha sido declarado Día de la SADC, en referencia a la cumbre de Wndhoek de 1992 que formalizó su creación en su formato actual.
IZ/ART/KS