Dundo - Cerca del 90 por ciento de los refugiados instalados en el campamento de Lóvua, en la provincia de Lunda Norte, desde 2017, manifiestan interés en quedarse en Angola, por razones de seguridad.
La información la proporcionó hoy, viernes, en Dundo, la jefa interina de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Stephany Contreras, que de la encuesta de intención realizada el mes pasado, solo el 10 por ciento de los emigrantes expresa su voluntad de regresar a su país de origen.
Dijo que actualmente hay 6.300 refugiados en el asentamiento de Lóvua, entre niños y adultos, que han recibido apoyo del gobierno angoleño, ACNUR y socios.
Dijo que el 90 por ciento de los refugiados que quieren quedarse, afirman que aún no tienen garantías de seguridad en sus áreas de origen y por el momento, "se sienten más seguros, valorados y ven sus derechos respetados en Angola".
En mayo de 2017, un grupo inicial de 35 mil ciudadanos de la RDC llegó a la provincia de Lunda Norte, huyendo de los actos de violencia en el área de Kassai, una crisis que llevó a la declaración de una situación de emergencia.
En 2019, debido a la mejora de la situación en la RDC, más de 17 mil de estos refugiados regresaron a su país de origen de forma espontánea, con recursos propios.
Ese mismo año, tras un acuerdo entre los gobiernos de Angola, la RDC y ACNUR, se organizó un retorno voluntario, que supuso el retorno de 2.912 refugiados, de forma organizada.
Desde 2019, ACNUR, los gobiernos de Angola y la RDC han llevado a cabo una repatriación voluntaria, donde alrededor de 3.732 refugiados han regresado a su país de origen.
Sin embargo, en febrero de 2020, la operación se detuvo, primero por el mal estado de las carreteras y el puente sobre el río Kasai, y luego, por el COVID-19 que provocó el cierre de las fronteras entre ambos países.
Este año se retomó en julio el proceso que ha permitido hasta el momento el retorno voluntario y organizado de 820 refugiados, un total de 200 familias, a través de las fronteras de Chissanda, Tchicolondo y Kamango.
La repatriación está siendo organizada por ACNUR junto con los gobiernos de Angola y la República Democrática del Congo (RDC) y con la colaboración de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y socios.