Luanda - Una nueva Cumbre Extraordinaria sobre la Situación de Seguridad en la Región de los Grandes Lagos tendrá lugar este sábado, día 3, en la capital angoleña, Luanda, con foco en los últimos acontecimientos en Sudán y en la República Democrática del Congo (RDC).
Entre otros temas, la reunión podría discutir el envío a la RDC de una fuerza militar de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), para unirse a la Fuerza Regional de la Comunidad de Estados de África Oriental (EACRF), según la Presidencia congoleña.
Los preparativos para la Conferencia de Jefes de Estado y de Gobierno fueron concluidos en encuentro que reunió, esta semana, también en Luanda, al Ministro de Relaciones Exteriores de Angola, Téte António, ya embajadores de algunos países de la región acreditados en la capital angoleña.
Además de la RDC y Sudán, países como Zambia, Congo, Ruanda, Kenia, Uganda y Tanzania estuvieron representados en la reunión, que precedió a otra entre Téte António y el enviado especial del secretario general de la ONU para los Grandes Lagos, Huang Xia. .
La cumbre de este sábado reunirá a los Jefes de Estado y de Gobierno de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (ICRGL), la Comunidad Económica de los Estados de África Central (CEEAC) y la Comunidad de Estados de África Oriental (EAC).
También se espera a representantes de la Comisión de la Unión Africana (UA) y de la Secretaría de las Naciones Unidas en la reunión, prevista inicialmente para el pasado 15 de mayo, antes de ser aplazada “sine die”.
El objetivo es hacer un balance de los esfuerzos diplomáticos realizados hasta el momento para poner fin a los conflictos en curso en Sudán y el este de la RDC, que están provocando graves crisis humanitarias en los dos países de los Grandes Lagos.
Además de un elevado número de víctimas mortales, más de un millón de personas fueron desplazadas por los dos principales conflictos del continente africano hoy, con miles de refugiados en los países vecinos.
Ligero progreso en la RDC
Un alto el fuego obtenido recientemente, bajo la mediación de Angola, sigue en vigor en el este de la RDC, a pesar de los temores de un posible descarrilamiento alimentado por las denuncias de Kinshasa de supuestos preparativos de los rebeldes del M23 para reanudar las hostilidades.
El alto el fuego se observa en base al Plan de Paz de Luanda y al Proceso de Nairobi, que permitió la retirada del M23 de las posiciones previamente ocupadas, con miras a su acantonamiento bajo la supervisión de la EACRF.
Compuesta por contingentes militares de Kenia, Uganda, Burundi y Sudán del Sur, la EACRF está estacionada en el este de la RDC desde finales de 2022, con un mandato inicial de seis meses, que expiró el pasado marzo, antes de una ampliación de tres meses adicionales.
En mayo pasado, la EAC y la SADC decidieron unirse en la búsqueda permanente de la paz en la RDC, y la SADC envió otra fuerza regional para unirse a la EACRF.
En la Cumbre de Luanda, se espera que los líderes regionales africanos confirmen las áreas de trabajo de la nueva misión de la SADC y definan las modalidades de la cooperación y coordinación previstas con la EACRF, liderada por Kenia.
La EACRF tiene el mandato de trabajar en colaboración con la Misión de la ONU en la RDC (Monusco), las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC) y el Mecanismo de Verificación Ad hoc, coordinado por Angola, para persuadir a todos los grupos armados de que depongan las armas.
El Gobierno congoleño ha estado hasta ahora bajo presión para autorizar la ampliación del mandato de la EACRF, tras manifestar su descontento con el desempeño de esta misión, a la que acusa de ser "demasiado complaciente" con el M23.
Además de las abiertas críticas del presidente Félix Antoine Tshisekedi al carácter “inofensivo” de la EACRF, se organizaron varias marchas de protesta para exigir una postura más agresiva contra el M23.
En vísperas de la Cumbre de Luanda, la EAC aprobó la tan esperada prórroga, hasta septiembre de 2023, del mandato de su misión militar en el Este de la RDC, que, sin embargo, debe ser ratificada por el Gobierno congoleño.
La EAC tomó esta decisión durante su 21ª cumbre extraordinaria celebrada en la capital económica de Burundi, Bujumbura, bajo la presidencia del jefe de Estado anfitrión, Evariste Ndayishimiye.
Contratiempos en Sudán
Desde el comienzo de los enfrentamientos armados en Sudán el 15 de abril, varias iniciativas de alto el fuego han fracasado, con violaciones sistemáticas en ambos lados del conflicto.
El último alto el fuego se acordó el pasado 20 de mayo para permitir la distribución, durante siete días, de ayuda humanitaria a los civiles atrapados en la capital del país, Jartum, con las infraestructuras de agua y electricidad dañadas.
En medio de acusaciones mutuas de violación del alto el fuego, las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) suspendieron su participación en las conversaciones de paz en Yeda, con la mediación de Arabia Saudita y Estados Unidos.
El comandante militar y actual presidente de Sudán, el general Abdel Fattah al-Burhan, culpó del fracaso al “incumplimiento” por parte de la milicia Rapid Support Forces (RSF) de su rival Mohammed Hamdan Dagalo “Hemetti”.
El acuerdo en Jeddan, la capital económica de Arabia Saudita, también preveía la retirada de las tropas de las RSF que ocupaban viviendas civiles en Jartum.
En un escueto comunicado, las FAS, encabezadas por Burhan, explican que las conversaciones fueron suspendidas por el “incumplimiento”, por parte de la milicia rebelde de Hemetti, de los términos del acuerdo firmado y su “continua violación del alto el fuego”.
La retirada de las FAS de las negociaciones se produjo poco después de que las partes beligerantes anunciaran la prórroga del alto el fuego por otros cinco días, para dar más tiempo a los actores humanitarios para cumplir su misión.
En su reacción, RSF indicó, por su parte, en un comunicado que el Ejército sudanés seguía violando el alto el fuego con “ataques aéreos diarios”.
