Luanda - Los Presidentes de Ruanda, Paul Kagame, y de la República Democrática del Congo (RDC), Félix Tshisekedi, convergieron, este miércoles, en la necesidad de poner fin a las diferencias entre los dos países, con el objetivo de resolver la conflicto armado en el Este de la RDC.
En declaraciones a la prensa, al final de la Cumbre Tripartita, los dos Estadistas, que elogiaron los esfuerzos del Presidente João Lourenço para amenizar las relaciones entre los dos países, destacaron que la crisis política estaba contribuyendo, negativamente, al deterioro de la situación militar en el Este de la RDC y el bienestar de las comunidades locales.
Paul Kagame consideró satisfactorios los resultados alcanzados en la Cumbre de Luanda, teniendo en cuenta las bases de entendimiento obtenidas a través de la mediación del Presidente João Lourenço.
El Jefe de Estado de Ruanda afirmó que el entendimiento de Luanda será el principio para la normalización de las relaciones entre los dos países y pueblos.
Para Félix Tshisekedi, los esfuerzos de João Lourenço están ayudando a aliviar la tensión y las relaciones entre los dos países vecinos.
Félix Tshisekedi consideró “inútil” el clima de tensión entre los dos países y pueblos, ya que es un factor desestabilizador y no contribuye al desarrollo y bienestar de los respectivos pueblos y comunidades.
En su opinión, es necesario avanzar para salir de la crisis y recuperar la confianza entre los líderes políticos, como una forma de mirar hacia el futuro de la RDC y Ruanda, en particular, y de la región en general.
Las relaciones entre los dos países vecinos se han complicado desde que la RDC recibió, en la parte oriental, a hutus ruandeses acusados de participar en el genocidio de los tutsis en 1994.
En marzo del año en curso (2022), la RDC acusó al Gobierno de Ruanda de enviar soldados de las fuerzas especiales a territorio congoleño.
La actual escalada de tensión se debe al resurgimiento del grupo M23 (Movimiento 23 de Marzo), una milicia armada que en 2012 se opuso al gobierno congoleño y generó un conflicto violento que obligó al desplazamiento de miles de personas en la provincia de Kivu Norte.
A finales del mismo año (2012), el M23 tomó el control de Goma, pero se retiró después de que el gobierno congoleño accediera a abrir negociaciones.
El M23 fue inicialmente una milicia formada por tutsis de la RDC y supuestamente apoyada por los Gobiernos de Ruanda y Uganda.
El 23 de marzo de 2009, la milicia firmó un acuerdo de paz con el gobierno congoleño que culminó con la incorporación de sus miembros al ejército de la RDC.
Sin embargo, en 2012, los rebeldes se rebelaron contra el gobierno de la RDC, acusados de no cumplir su parte del acuerdo firmado tres años antes.
Así nació el M23, en referencia a la fecha en que se firmó el polémico pacto.
La tensión entre la milicia y el ejército llegó a su punto máximo en noviembre de 2012, cuando el M23 tomó el mando de la región de Goma (RDC).