Luanda - El Presidente de la República, João Lourenço, negó los romores sobre persecución política, en el marco del combate a la corrupción en curso en el país, desde Septiembre de 2017.
En entrevista exclusiva al Jornal Expresso y a la Agancia Lusa, el Jefe de Estado angoleño afirmó que hay muchos ciudadanos en manos de la justicia, reconociendo que, a pesar de los esfuerzos, el problema de la corrupción llevará tiempo en desaparecer.
"No se puede esperar que en cinco años se acabe con la corrupción, ni sé si algún país acabó, en la verdadera acepción de la palabra, con la corrupción”, dijo, señalando que el problema "no es que haya corrupción, es que haya impunidad".
El Titular del Poder Ejecutivo consideró que Isabel dos Santos es "apenas una" entre varios ciudadanos a cuentas con la justicia y no es su rival política.
"Yo no la veo como mi rival política. Persecución política? Se persigue a un opositor y los opositores del MPLA son conocidos", afirmo el Presidente João Lourenço.
En cuanto al proceso relativo al ex-Vicepresidente de la República, Manuel Vicente, el Jefe de Estado dijo que se trató de un caso de soberanía y que no fue Angola que provoco lo que quedó conocido como "irritante" entre los dos países.
Manuel Vicente fue acusado en Portugal de crimen de corrupción activa a un magistrado del Ministerio Público, Orlando Figueira, pero la defensa recurrió, alegando que el ex-Vicepresidente no fue constituido acusado ni notificado de la acusación.
Tanbién en Portugal, el Ministerio Público acusó a Manuel Vicente de crímenes de corrupción activa, blanqueamiento de capitales y falsificación de documento en el ámbito de la Operación Fizz.
En Mayo de 2018, el Tribunal de Relación de Lisboa decidió enviar el proceso de Manuel Vicente para Angola y admitió que el ex-Vicepresidente de la República tenía inmunidad, por eso no podía ser acusado.
Subrayó que fueron las autoridades judiciales portuguesas que entendieron llevar a los tribunales un gobernante de aquella dimensión.
No estoy imaginando Angola, prosiguió el Presidente de la República, tener la osadía, por ejemplo, de llevar al tribunal un José Sócrates si, eventualmente, él cometiera algún crimen en Angola.
“Felizmente, el desenlace fue bueno (...) si hubiera demorado más tiempo talvez hubiera dejado heridas, pero debo garantizar que no dejó ninguna", notó el Jefe de Estado.