Luanda –El recrudecimiento del conflicto entre la República Democrática del Congo y Ruanda estuvo hoy, martes, en análisis, en Luanda, en el encuentro entre el Jefe de Estado angoleño, João Lourenço, y su homólogo congoleño, Félix Tchissekedi.
El estadista angoleño, mediador en este conflicto que dura más de cinco años, ha estado regularmente en contacto con los presidentes de la República Democrática del Congo, Félix Tchissekedi, y de Ruanda, Paul Kagame, con vistas a encontrar una solución de estabilidad, seguridad y paz en esa región.
Al finalizar el encuentro, el ministro angoleño de Asuntos Exteriores, Téte António, presente en el encuentro, informó a la prensa que los dos líderes analizaron la situación que prevalece actualmente en la República Democrática del Congo.
“Como sabemos, esta es una situación que preocupa al continente, después de la reunión del Consejo de Paz y Seguridad celebrada recientemente en Addis Abeba (Etiopía), precisamente dedicada a este conflicto, es necesario ver los próximos pasos en cuanto a la búsqueda de soluciones a la tensa situación que todos conocemos”, afirmó el titular de la cartera de la diplomacia angoleña.
Téte António consideró la situación “preocupante” para el continente africano, y más aún, para quienes tienen la responsabilidad de evaluar, no sólo la misma situación, sino la suerte de la Unión Africana (UA), presidida, desde el sábado último, por el Jefe de Estado angoleño, João Lourenço.
La situación político-militar en la República Democrática del Congo se deterioró rápidamente debido a las acciones del grupo rebelde M23, apoyado por Ruanda.
Tras la ocupación de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, en enero de 2025, los rebeldes avanzaron y tomaron Bukavu, la segunda ciudad más grande del este del país y capital de Kivu del Sur, el 16 de febrero de este año.
La ocupación de Bukavu se produjo tras la retirada de las fuerzas armadas congoleñas, lo que provocó caos, saqueos y desplazamientos masivos de civiles.
Se estima que más de 100.000 personas buscaron refugio en la isla de Idjwi, en el lago Kivu.
Aunque los rebeldes reabrieron los puertos de Goma y Bukavu, facilitando el tráfico de embarcaciones y mejorando la entrega de ayuda humanitaria, el aeropuerto de Goma permanece cerrado, lo que limita los esfuerzos de asistencia.
El M23, formado principalmente por tutsis, pretende defender a su comunidad contra las milicias hutus aliadas del ejército congoleño.
Sin embargo, el gobierno de la RDC acusa a Ruanda de apoyar a los rebeldes para explotar los ricos recursos minerales de la región, especialmente el coltán, esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos.
El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió el diálogo para evitar una guerra regional más amplia.
Sin embargo, los esfuerzos diplomáticos hasta ahora no lograron contener la violencia y la situación humanitaria continúa empeorando, con millones de desplazados internos y denuncias de graves violaciones de derechos humanos. AFL/ART/EP