Luanda – En vísperas de la toma de posesión del Presidente electo, João Lourenço, se multiplica, por el país, a expectativa de la sociedad en torno de las políticas del nuevo Ejecutivo, que se esperan más ajustadas a las múltiplas necesidades de las familias angoleñas.
Por Francisca Augusto e Adriano Chisselele
João Lourenço, reelecto en el sufragio del 24 de Agosto último, en calidad de cabeza de lista del MPLA, tomará posesión este jueves, en la Plaza de la República, para un segundo mandato de cinco años, ante un contexto social y económico aún de grandes desafíos.
La tomada de posesión del Presidente reelecto, que coincidirá con la de la Vicepresidente de la República electa, Esperança Costa, representa el último paso de un proceso electoral caracterizado por una gran disputa, en que la mayoría absoluta fue conseguida por el MPLA.
Las elecciones del 24 de Agosto se desarrollaron en uno de los peores cuadros macroeconómicos de la historia del país, con problemas sociales y económicos inaplazables, que los angoleños esperan ver resueltos o, como mínimo, reducidos, en el quinquenio 2022-2027.
Se trata, sin duda, de problemas cuya repercusión en las distintas comunidades costó votos al partido MPLA y a su líder, João Lourenço, que afrontarán, a partir del 15 de septiembre, un nuevo “camino abierto” para seguir reformando el país.
Para ello, el Presidente reelecto necesita mantener el dinamismo de la gobernabilidad anterior y corregir los aspectos o áreas “centrales” en las que se notan debilidades o ineficiencias en las políticas de gobernabilidad implementadas hasta el momento por el Ejecutivo.
Este es, en efecto, el deseo de la sociedad angoleña, que conoce el actual marco social y económico del país, en particular, y del mundo, en general, pero impone al Presidente desafíos que debe superar, para que la MPLA aumentará aún más en 2027.
João Lourenço enfrenta desafíos ineludibles, que incluyen mejorar la calidad del sistema público de salud, saneamiento básico, educación, alumbrado público, promoción de la vivienda, acceso a agua y electricidad y libertades fundamentales.
Para los próximos cinco años, la sociedad exige políticas más efectivas para bajar los precios de los principales productos de la canasta básica, mejorar el pluralismo de los medios de comunicación, públicos y privados, ajustar las tasas de interés para promover la vivienda, fortalecer la política de empleo y más justa distribuir los ingresos nacionales.
De hecho, el Presidente reelegido asume un país que busca mejorar su imagen exterior y dar muestras de compromiso en el combate a prácticas nocivas, como la corrupción y el blanqueo de capitales, dos de los ejes de la gobernabilidad en los últimos cinco años.
En términos concretos, João Lourenço se hace cargo de un país que ha dado pasos considerables en la estabilización de la economía, después de seis años de recesión económica y una pandemia (Covid-19) que impidió la realización de proyectos estratégicos.
Así, para esta nueva etapa de gobernabilidad, el nuevo Ejecutivo tiene como barómetro una economía que vio crecer su PIB un 0,7 por ciento en 2021, marcando así el fin del ciclo de recesión económica, iniciado en 2016, con la caída del precio del crudo.
Según datos oficiales, la tasa de inflación bajó de 42 por ciento (2016) a 17,1 por ciento (2019), aumentando levemente a 27 por ciento en 2021, como consecuencia del impacto del Covid-19. Sin embargo, hasta mayo de 2022 (último año de la presente legislatura), se presentó una tendencia a la baja, ubicándose en 24,42 por ciento.
Los ingresos tributarios aumentaron, en promedio, 32,16 por ciento entre 2018 y 2021, lo que permitió asumir los gastos de personal en su totalidad con los ingresos tributarios no petroleros, considerados insuficientes en el período 2014 a 2017.
Como resultado, el país registró una reversión en la trayectoria de aumento de la deuda pública, pasando su stock, en relación con el PIB, del 21 por ciento (2020) al 84 por ciento (2021), siendo la meta del Ejecutivo alcanzar el la relación entre la deuda pública y el PIB se reducirá al 60 por ciento en los próximos años.
Según datos oficiales, la diferencia de tipo de cambio entre el mercado oficial y el informal se ha reducido de 150 por ciento (2017) a 10 por ciento (2021).
Las Reservas Internacionales Netas (RIN), por su parte, se redujeron en 1.200 millones en el período 2018-2021, frente a unos significativos 14.100 millones en el período 2014-2017.