Luanda – El Presidente angolano, João Lourenço, debe encontrarse, este fin de semana, con sus homólogos de Ruanda y de la República Democrática del Congo (RDC), en Kigali y Kinshasa, respectivamente, en un maratón más de mediación en la crisis política militar entre los dos países vecinos.
La iniciativa surge en la secuencia del deterioro, en los últimos días, de la tensión en la frontera entre Ruanda y la RDC, marcada por la tomada de dos ciudades más del este congolés por la rebelión del M23, que, según las autoridades de Kinshasa, cuenta con el apoyo ruandés.
Después de fuertes enfrentamientos con las Fuerzas Armadas Congolesas (FARDC), a finales de Octubre último, los rebeldes del M23 tomaron el control de las localidades estratégicas de Kiwanja y Rutshuru, próximo de la frontera común, en la provincia del Kivu-Norte, subiendo para el doble del territorio que ocupaban hasta entonces.
Kinshasa reaccionó con la expulsión del embajador ruandés, Vincent Karega, dándole 48 horas para abandonar el país, en una súbita escalada de tensión que volvió a colocar los dos países vecinos en pie de guerra.
En Goma, capital provincial de Kivu-Norte, varios millares de jóvenes congoleses salieron a la calle para manifestar su furia contra Ruanda, por el alegado apoyo al M23, y declararon su prontitud para juntarse a las FARDC, en el combate a lo que llaman de “invasores y agresores ruandeses”.
En su último pronunciamiento sobre esos acontecimientos, el jefe de Estado angoleño caracterizó la situación de “bastante preocupante” y volvió a insistir en la necesidad urgente del regreso al diálogo, como única solución para revertir el cuadro, después de diagnosticar “lo que realmente está acontecer”.
Aunque reconoció que no hay, en este momento, ambiente para las dos partes dialogar, a nivel de Jefes de Estado, João Lourenço persistió que “la puerta del diálogo debe estar siempre abierta a todos los niveles”, desde los servicios de inteligencia y militares, al de la diplomacia y de los propios jefes de Estado.
“La situaçción es de hecho bastante preocupante (…) pero las partes deben dialogar”, declaró el estadista angoleño que intervenía, el miércoles, 2, en una videoconferencia de la Mesa de la Asamblea de la Unión Africana (UA), en su calidad de presidente de la Conferencia Internacional sobre la Región de los Grandes Lagos (CIRGL).