Luanda - La Vicepresidenta de la República de Angola, Esperança da Costa, consideró, este miércoles, en Nairobi (Kenia), la determinación de los Estados africanos como clave para el éxito en el combate al cambio climático.
En declaraciones a la prensa, al margen del Segmento de Alto Nivel de la Cumbre Africana sobre el Clima, Esperança da Costa abogó por la importancia del compromiso de todos en torno a la Agenda Climática global, particularmente África.
Después de la participación de Angola en la adopción, por consenso, de la Declaración de Nairobi, anunciada este día, el Vicepresidente reiteró el compromiso del país con el cumplimiento de la nueva agenda africana que será sometida a la Conferencia de las Partes de la Convención Cuadro de las Naciones Unidas. - COP28, que tendrá lugar en diciembre en Dubái.
“Estos son nuevos desafíos, pero queremos una África más próspera. Entonces tenemos que cuidarlo, desde los recursos naturales hasta nuestra población, mirando más a los jóvenes y a las mujeres”, argumentó.
Añadió además que con ello se pretende resolver rápidamente los principales problemas que aquejan a las poblaciones, en este momento de transición energética, descarbonización y seguridad alimenticia.
Consciente de los desafíos de movilizar recursos para la inversión, a nivel interno, dijo que las iniciativas para una mayor conservación pueden usarse como créditos de carbono justos.
Agregó además que África sufre el gran problema del cambio climático, así como sus efectos de manera desproporcionada, en relación con otras áreas, además de la falta de financiamiento, el tema del Acuerdo de París, entre otros.
Según las estadísticas proporcionadas por la Vicepresidenta, el continente africano registra pérdidas del orden de 300 mil millones de dólares anuales, como resultado del cambio climático que está provocando graves sequías, inundaciones, mala gestión del agua y otros problemas.
La cuestión del financiamiento para la adaptación de una mayor resiliencia comunitaria, a su juicio, es uno de los principales desafíos para un continente que emite sólo el 4 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI).