Lisboa – El 25 de abril se celebra anualmente en Portugal, como el aniversario del levantamiento que puso fin simultáneamente a la dictadura fascista de António Salazar y a las guerras coloniales, en lo que se conoció como la Revolución de los Claveles.
Por António Tavares, enviado especial de ANGOP
La revuelta tuvo lugar precisamente el 25 de abril de 1974, casi un año y medio antes de la Independencia de Angola, proclamada el 11 de noviembre de 1975.
En otras palabras, es un hito importante en la democracia portuguesa y la autodeterminación del pueblo angoleño.
Para el embajador de Portugal en Angola, el 50º aniversario del 25 de abril y el 50º aniversario de la Independencia de Angola son dos hitos interconectados, que "tienen mucho sentido" para que los dos países los marquen juntos, de forma madura y sin complejos.
Al hablar del aniversario, Francisco Alegre Duarte dedicó, por tanto, “una palabra especial a quienes lucharon, de un lado y del otro”.
“Es importante que honremos y preservemos la memoria de todos los que cayeron: tanto los que lucharon por Portugal a través del Imperio como los que lucharon por la liberación y la independencia”, dijo.
Aseveró que todos somos patriotas y que, cinco décadas después de una guerra que culminó con las dos liberaciones gemelas, es responsabilidad de todos honrar dignamente su sacrificio.
Para realzar esta epopeya, dijo que, desde su llegada a Angola, está comprometido con la recuperación de los complots militares portugueses en Luanda, y agradeció la buena cooperación del Gobierno angoleño en este sentido.
Francisco Duarte, que, como muchos otros portugueses, también está vinculado a Angola por lazos de sangre, citó las palabras del anterior primer ministro, António Costa, en junio de 2023, cuando visitó Angola.
“Llegamos aquí a través de una historia común (…) que a menudo fue dolorosa, pero que condujo a una lucha común y a un éxito común: la libertad y la independencia.
“Tenemos que asumir la historia en todas sus dimensiones, en lo trágico y en lo extraordinario (…) honramos toda la Historia que heredamos, entendemos bien esta Historia y sabemos que el mayor deber que tenemos hacia esta Historia es sanar las heridas y construir sobre ellas la amistad que garantizará muchos buenos años de fraternidad entre nuestros pueblos”, afirmó el diplomático portugués.
Las palabras de António Costa, en Luanda, fueron pronunciadas durante una visita a las obras de rehabilitación de la Fortaleza de São Francisco do Penedo, que albergará el futuro Museo de la Lucha por la Liberación Nacional de Angola.
Francisco Duarte afirma que gracias al 25 de Abril creció en un país libre, y rinde homenaje a que, a 61 años del encarcelamiento de su padre en Angola, y a 50 años de la Revolución, sea embajador en Angola .
Consecuencias del 25 de abril
El 25 de abril de 1974 fue una Revolución exitosa, tanto interna como externamente.
En el frente externo, inauguró la tercera ola de democratización global, denominada por Samuel Huntington, cuando más de 50 países pasaron de regímenes autoritarios (de derecha o de izquierda) a democracias constitucionales, como fue el caso de la vecina España.
Hasta 1975, todas las colonias portuguesas en África se declararon independientes, mientras que en Brasil, la revolución democrática portuguesa también galvanizó la esperanza de que se pusiera fin a la dictadura militar.
Los esfuerzos de mediación de paz en Angola y el cumplimiento de la libre determinación del pueblo de Timor-Leste también fueron de suma importancia para la política exterior.
Esta liberación fue una victoria de dignidad en la que pocos creían, pero lo cierto es que la diplomacia timorense y portuguesa nunca se rindió y venció, en un momento único para el Derecho Internacional y la ONU.
El derrocamiento de la dictadura en Portugal, afirmó el embajador, se debe en gran medida a la lucha por la libertad de los pueblos colonizados, una lucha no sólo política, sino también cultural, ya que “quedan varias huellas de unidad”, con énfasis en la lengua portuguesa.
Francisco Duarte sostuvo que hubo un proceso de transformación y apropiación de la lengua portuguesa, “que pasó de ser una lengua de ocupación colonial a una lengua de libertad, independencia y unidad nacional”.
En su opinión, esto sucedió antes de la independencia de Angola, en los poemas y textos en los que Agostinho Neto, Viriato da Cruz, António Jacinto y Mário de Andrade afirmaban su angolanidad y proclamaban: "Redescubramos Angola, seamos nosotros mismos".
“Pienso también en la poesía de Alda Lara, las letras de las canciones de Rui Mingas, el Himno Nacional de Angola y la prosa de Pepetela, que luego sería honrada con el Premio Camões, y también en semba, de Carlos Burity a Paulo Flores y otros artistas de las nuevas generaciones, algunos de los cuales han tenido gran éxito en Portugal”, concluyó.
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