Luanda - Angola y Noruega esperan fortalecer aún más sus ya “sólidas” relaciones bilaterales con la anunciada visita de Estado que el Presidente João Lourenço realizará a este país nórdico.

Por Frederico Issuzo

Esta es la primera visita de este tipo en la historia de las relaciones de larga data entre los dos países, cuatro años después de la primera visita oficial de un jefe de gobierno noruego a Angola, en la persona de la primera ministra, Erna Solberg.

Este último estuvo en Luanda en diciembre de 2018, en una misión anunciada destinada a “confirmar” el apoyo de Noruega al programa de reformas lanzado por el Presidente João Lourenço al inicio de su primer mandato presidencial, que comenzó en septiembre de 2017.

En la ocasión, Solberg recordó que, históricamente, las relaciones entre los dos países tienen sus cimientos en la solidaridad noruega con la lucha de Angola contra el colonialismo y el apartheid, en el marco de un apoyo más amplio a la liberación de toda África Austral.

De hecho, en la década de 1970, en Noruega y en otros países escandinavos, como Dinamarca, Suecia y Finlandia, surgieron varios movimientos populares en apoyo de las luchas de liberación en el sur de África, incluida Angola.

Una vez alcanzada las independencias, dijo Solberg, ese apoyo continuó en forma de ayuda al desarrollo, lo que permitió ampliar el alcance de las relaciones bilaterales con Angola en los últimos 20 años, con énfasis en el diálogo político y las asociaciones comerciales a los niveles actuales.

En la evaluación de las autoridades noruegas, los movimientos populares de la década de 1970 por la independencia de Angola se han convertido ahora en un “socio vibrante y fuerte” y más de cuatro décadas de relaciones diplomáticas “sólidas y duraderas”.

Principales vertientes de cooperación

La cooperación bilateral entre Angola y el segundo país más desarrollado del mundo se concretó principalmente en los campos político-diplomático y económico-comercial.

A nivel político, los dos países están unidos por 45 años de relaciones diplomáticas que se remontan a los inicios de la independencia lograda el 11 de noviembre de 1975, lo que sitúa a Noruega entre los primeros países de Occidente en reconocer la soberanía nacional de Angola.

Tras el establecimiento de relaciones diplomáticas en 1977, Noruega está representada físicamente en Luanda desde hace 25 años, con una embajada que también es responsable de los intereses noruegos, en Santo Tomé y Príncipe.

También es la Embajada en Luanda que, hasta hace poco, representaba a Noruega en la República Democrática del Congo (RDC) antes de la transformación de su Sucursal en Kinshasa en una misión diplomática plena.

En Luanda, Noruega está representada por Portugal a los efectos de otorgar visas de visitante, mientras que las visas de residencia y de estudiante están a cargo de la Embajada de Noruega en Pretoria, Sudáfrica.

A su vez, los intereses de Angola en Noruega son administrados por un embajador extraordinario y plenipotenciario con residencia en Estocolmo, en la vecina Suecia.

Y desde 2011, los dos países también están vinculados por una asociación estratégica en el campo de los derechos humanos, con consultas bilaterales anuales celebradas, alternativamente, en Luanda y Oslo, con la última sesión en diciembre de 2021, en la capital noruega.

La iniciativa se complementó posteriormente con la firma, en mayo de 2016, de un “Memorándum de Entendimiento en Apoyo a las Consultas Políticas Bilaterales” cuyas sesiones se alternan por igual entre las dos capitales.

Como resultado de las consultas ya realizadas, el Gobierno angoleño presentó a la parte noruega, en la reunión de Oslo de diciembre de 2021, su Estrategia Nacional de Derechos Humanos (ENDH) y su Plan de Acción.

Con base en estos documentos, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Angola comenzó a implementar el proyecto “Educación para la Cultura de los Derechos Humanos” cuyo foco es la formación y capacitación del personal nacional y socios estratégicos en el campo de los derechos humanos.

Las autoridades angoleñas otorgan especial importancia a estas consultas como hito en la fase de evaluación de un proyecto de cooperación renovable de cuatro años centrado en la formación especializada en derechos humanos.

Noruega también participa en acciones de anticorrupción en Angola, brindando su apoyo a través de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), tras reconocer los “vientos de cambio” que soplan en el país de Agostinho Neto.

Mayor socio económico en África

En el aspecto comercial, el petróleo sigue siendo la “columna vertebral” de la cooperación bilateral.

Noruega, descrita como líder mundial en los sectores de petróleo y gas y productos del mar, considera a Angola su mayor socio económico en el África subsahariana con amplias inversiones directas en el sector del petróleo y el gas “solo iguales” a las inversiones financieras en Sudáfrica.

La petrolífera estatal noruega Statoil (luego StatoilHydro y hoy Equinor) está presente en Angola desde 1991, y hoy mantiene su mayor operación petrolera fuera de la plataforma continental noruega en el país, lo que convierte a Angola en uno de los mayores contribuyentes a su producción de oro negro fuera de Noruega.

Además de la participación de varias empresas sísmicas noruegas en actividades de exploración para el descubrimiento y mapeo de campos petroleros, gran parte del equipo principal de extracción de petróleo y gas se suministra desde Noruega.

Según las autoridades noruegas, Equinor es responsable de alrededor del 10 por ciento de la producción de petróleo en Angola, donde opera en tres bloques.

El volumen de los intercambios comerciales entre los dos países oscila entre los dos y cuatro mil millones de dólares norteamericanos, con fuertes expectativas de aumento del volumen de negocios en los próximos años debido a la multiplicación de inversiones noruegas para apoyar la diversificación de la economía angoleña.

Aunque su participación en Angola está esencialmente ligada al área de petróleo y gas, Noruega también tiene inversiones en otras áreas del sector privado del país, que es al mismo tiempo el mayor mercado para los productos del mar noruegos, incluido el bacalao.

También están surgiendo en Noruega empresas de otros sectores florecientes en el campo de la tecnología, como Medtech, Fintech, Edtech, entre otras.

La cooperación para el desarrollo se centra esencialmente en el desarrollo técnico y de capacidades en áreas como el petróleo, la pesca, los derechos humanos, las energías renovables, la investigación académica, la formación y la sociedad civil, a través de alianzas con las autoridades angoleñas y las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado.

El apoyo a la sociedad civil se centra en la asistencia técnica y el desarrollo de capacidades para diversas organizaciones de derechos humanos y contribuye a asegurar su profesionalismo y dar peso a su impacto.

Con el retiro del apoyo de otros donantes, en el pasado reciente, Noruega se convirtió en el mayor contribuyente a la sociedad civil angoleña, con proyectos promovidos por Norad a través de Norwegian Church Aid (NCA).

La Norwegian People's Aid también participa en la remoción de minas en las regiones norte y este de Angola, mientras que SOS Children's Villages apoya proyectos en áreas rurales a través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Los proyectos llevados a cabo por el PNUD tienen como objetivo ayudar a la democratización del país, la participación de las mujeres en la vida política y la creación de empleo para los jóvenes.

Alto índice de desarrollo humano

Noruega ostenta en la actualidad el segundo Índice de Desarrollo Humano (IDH) más alto del mundo, después de Suiza y antes de Islandia, con el que se ha disputado de forma casi continua el liderazgo del grupo de los 10 países más desarrollados desde que se lanzó el ranking en 1990.

En este grupo de 10 países con el IDH más alto del mundo, también se encuentran Hong Kong, Australia, Dinamarca, Suecia, Irlanda, Alemania y Holanda.

La primera edición del IDH presentada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en 1990 estuvo liderada por Estados Unidos, seguido de Australia, Canadá, Suiza, Holanda, Japón, Noruega, Dinamarca, Alemania y de Austria.

El IDH es un ranking anual de las Naciones Unidas que mide el progreso promedio de los países en tres dimensiones básicas del desarrollo humano, a saber, una vida larga y saludable, el conocimiento y un nivel de vida digno.