Luanda - Con evidencias de solidificación de sus vínculos de amistad, Angola y Cuba decidieron recientemente catapultar aún más sus relaciones bilaterales, en busca de un equilibrio entre los diferentes niveles de cooperación.
Por Manuel Jerónimo, periodista de la ANGOP
Como anunció durante la recién concluida visita de Estado a Angola del presidente cubano, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, los dos países quieren ahora poner al ciudadano y al sector privado en el centro de atención.
Los dos Gobiernos expresaron su determinación de seguir profundizando los vínculos históricos, con un nuevo enfoque en elevar el alcance de las relaciones socioeconómicas al mismo nivel que las “excelentes relaciones políticas”.
Asegurar la transmisión generacional del legado de genuina hermandad y solidaridad entre estos dos pueblos geográficamente distantes es otra faceta del nuevo paradigma que se propone para el futuro de las relaciones
Bermúdez estuvo en Angola, del 20 al 22 de agosto de este año, en su primera visita de Estado al país y la tercera de un líder cubano, tras las de sus antecesores, respectivamente, en marzo de 1977 (Fidel Castro Ruz) y febrero de 2009 (Raúl Castro Ruz).
En una de sus intervenciones, Miguel Bermúdez, quien gestiona los destinos de Cuba desde abril de 2018, dijo que los actuales líderes políticos de ambos países tienen la responsabilidad de continuar y fortalecer la
Lazos históricos de amistad que unen a los dos pueblos.
Según el estadista, de las conversaciones que sostuvo en Luanda con su homólogo angoleño, João Lourenço, se concluyó que se debe hacer todo lo posible para que las nuevas generaciones perpetúen el sentimiento de profunda amistad ya arraigado en los actuales representantes de las dos Naciones.
Para ello, dijo, los miembros de la actual generación deben velar por que las nuevas generaciones nazcan, crezcan, se desarrollen y también multipliquen este sentimiento de amistad, para que sea verdaderamente indestructible, como todos aspiran y cómo ha sido hasta ahora, afirmó.
Afirmó que la continua profundización de los vínculos históricos entre ambos países pasa por incrementar el alcance de las relaciones económicas, comerciales y financieras al mismo nivel que sus “excelentes relaciones políticas”.
En la misma línea, João Lourenço revivió el pasado reciente en el que angoleños y cubanos escribieron juntos “páginas imborrables de la historia de África, particularmente del África austral”, fusionándose en un esfuerzo común.
Según João Lourenço, los dos pueblos derramaron sudor, sangre y lágrimas para garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de Angola, liberar al continente africano del régimen del Apartheid y restaurar la libertad y la dignidad de los pueblos de la región.
En los momentos más difíciles de la historia del pueblo angoleño, recordó, Cuba estuvo dispuesta a acoger y formar a jóvenes angoleños en diferentes áreas del conocimiento.
Como resultado, afirmó, Angola cuenta hoy con cuadros nacionales “muy bien preparados”, formados en escuelas, universidades y academias militares cubanas, o en el país por instructores y profesores cubanos.
Para el Jefe de Estado angoleño, es hora de introducir un nuevo modelo de cooperación bilateral adaptado a las nuevas realidades nacionales y globales y en el que el sector privado y los ciudadanos desempeñen un papel dinamizador en el marco de la libre empresa.
Según João Lourenço, se trata de darle a la cooperación bilateral un nuevo paradigma orientado al intercambio especializado de alto nivel en áreas críticas del conocimiento, a través de mecanismos prácticos que faciliten la complementariedad.
Estadista angoleño reconoció que Cuba ha sido ingeniosa en su lucha contra el bloqueo económico a la que ha estado sometido durante décadas.
A pesar de este bloqueo, dijo, Cuba ha revelado “un impresionante nivel de resiliencia” y capacidad para encontrar soluciones para la supervivencia de su pueblo y la preservación de la Independencia y la soberanía nacional.
Primer embajador en suelo angoleño
La cooperación entre los dos países se remonta a la época de la Guerra Fría, incluso antes de la independencia de Angola.
Tras la proclamación de la Independencia, el 11 de noviembre de 1975, Cuba fue el primer país en enviar a su representante diplomático con plenos poderes, en la persona del embajador Oscar Oramas, a la capital angoleña, Luanda.
Cuatro días después (15 de noviembre de 1975), el embajador Oscar Oramas firmó con José Eduardo dos Santos, entonces Ministro de Relaciones Exteriores, el acuerdo mediante el cual los dos países establecieron sus relaciones diplomáticas.
A esto siguió la firma, un año más tarde, del Acuerdo General de Cooperación, en febrero de 1976, año de la primera visita de Estado a Cuba del primer Presidente de Angola, António Agostinho Neto, formalizándose así la colaboración técnico-militar entre los dos países.
Antes, Angola ya había recibido a los primeros instructores militares cubanos para ayudar a enfrentar la invasión extranjera que amenazaba el alcance de la soberanía nacional en competencia con la disputa por el poder de los tres movimientos de liberación de la época (MPLA, FNLA, UNITA).
Los primeros especialistas cubanos llegaron a Angola en octubre de 1975. Se estima que al menos 450.000 cubanos, entre soldados, médicos, profesores, ingenieros y otros profesionales estuvieron en el país durante 16 años.
En otras palabras, en medio de la lucha por la Independencia y la guerra pos independentista contra la invasión de fuerzas extranjeras, Cuba ya mostraba las primeras señales de acercamiento y solidaridad para la defensa y mantenimiento de la soberanía angoleña.
Esto fue en el marco de la llamada “Operación Carlota”, que finalizó en 1991 con la salida del último soldado cubano, en los términos de los Acuerdos de Nueva York de 1988, que condujeron a la independencia de Namibia en 1990 y al fin of Apartheid in Africa, do Sul, cuatro años después (1994).
Con el alivio de la tensión militar en el país, el modelo de cooperación se reconfigura, dando prioridad a los sectores de educación y salud, antes de abarcar también las áreas de energía, defensa, seguridad e industria.
En el ámbito diplomático, los dos países han intercambiado visitas de Estado en varias ocasiones en ambos sentidos, desde el primer viaje de Agostinho Neto a Cuba, en 1976.
A este le siguieron los viajes de José Eduardo dos Santos, en 2007 y 2014, y de João Lourenço, en 2019.
A su vez, la primera visita de un jefe de Estado cubano a Angola fue la de Fidel Castro Ruz, en marzo de 1977, y la segunda de Raúl Castro, en febrero de 2009.
Formación de profesores angoleños
La formación de docentes angoleños en Cuba se remonta a la década de 1980, arribando los primeros 845 profesionales en diferentes niveles e instituciones educativas.
Datos de 2020 revelan que, de los dos mil 556 becarios angoleños que se forman en Cuba, 77 cursan estudios de pedagogía de nivel superior, en diversos establecimientos especializados.
Hasta 2017, según información oficial, Cuba recibió un promedio de 40 estudiantes angoleños para su formación en las áreas de ciencias exactas y nivel pedagógico, en centros especializados de Cienfuegos y Santiago de Cuba.
Actualmente, los datos muestran la existencia de 1.105 profesionales cubanos en diversas localidades del país.
A lo largo de varias décadas, Cuba también recibió a cientos de angoleños, ya sea individualmente o mediante becas gubernamentales, en busca de conocimientos científicos en ese país centroamericano.
Actualmente, de los dos mil 556 becarios angoleños que se forman en Cuba, 700 se forman en ciencias vinculadas a la medicina, de ellos 50 en cardiología, cirugía cardíaca, medicina interna y cirugía general.
Datos del Gobierno angoleño indican que, en 2018, regresaron al país 133 profesionales formados en Cuba, en las especialidades de medicina, ingeniería informática, electrónica, biología, pedagogía, telecomunicaciones electrónicas, derecho y otras.
A la luz del Acuerdo General de Cooperación, se estima que más de 40 mil angoleños se capacitaron en Cuba, en las especialidades de agricultura, salud, construcción civil, comunicación social, educación, militar, defensa y seguridad, transporte y ciencias políticas, música. y teatro.
El Sistema Nacional de Salud comprende 2.644 unidades de salud, entre ellas 15 hospitales nacionales, 25 hospitales provinciales, 45 hospitales generales, 170 hospitales municipales, 442 centros de salud, 67 centros maternos infantiles, 1.880 puestos médicos y 37 otras infraestructuras.
Lo prestan 69.816 trabajadores, de los cuales 6.400 son médicos, 35.458 enfermeras, 8.7800 técnicos de diagnóstico y terapeutas, 11.329 trabajadores de apoyo hospitalario y 11.576 trabajadores administrativos.
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