Luanda - El representante permanente de Angola ante las Naciones Unidas, en Nueva York, Francisco da Cruz, consideró, este martes, en esta ciudad norteamericana, la presidencia de Brasil en el G20 como el ascenso de los países del "Sur Global" el escenario mundial y una oportunidad para fortalecer su voz en temas críticos y urgentes como el desarrollo, el cambio climático, la deuda y la redefinición de las relaciones internacionales.
Según una nota de prensa enviada hoy a la ANGOP, el diplomático hizo estas consideraciones, al intervenir en la reunión convocada por el Presidente de la Asamblea General, en la que el jefe negociador de la presidencia del G20, embajador Maurício Lyrio, presentó las prioridades de la presidencia de Brasil en el grupo.
En la ocasión, Francisco da Cruz recordó que en la reunión del G20 celebrada en Brasil el mes pasado, Angola volvió a llamar a una reforma urgente de la arquitectura financiera internacional, incluida su estructura de gobernanza, para hacerla equitativa y capaz de responder a las necesidades de financiación de los países en desarrollo.
“En nuestra opinión, la estructura financiera actual no ofrece soluciones a los desafíos que enfrenta el Sur Global (los países en desarrollo) y necesita ser rediseñada para asegurar su efectividad”, destacó.
Además, continuó, los bancos multilaterales de desarrollo también necesitan ser revisados y recapitalizados para responder a las necesidades de los países de ingresos bajos y medios.
Destacó que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional están llamados a contribuir más activamente a la estabilidad y prosperidad económica de todas las naciones.
La reforma integral de las Instituciones Financieras Internacionales es, según Francisco da Cruz, una exigencia de larga data para estar alineadas con los principios y propósitos de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.
Respecto a la Alianza Global contra el hambre y la pobreza, reafirmó que Angola apoya la iniciativa propuesta por Brasil, que tiene como objetivo permitir el acceso equitativo al desarrollo sostenible, movilizando esfuerzos y recursos internacionales para apoyar a los países en la implementación de políticas públicas efectivas para la erradicación de esos males, así como así como reducir las desigualdades.
El objetivo es alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 1 y 2: erradicar la pobreza extrema y el hambre para 2030.
En su intervención, el Embajador Francisco da Cruz destacó el papel de las Naciones Unidas como fundamental en el apoyo a esta iniciativa, tanto en la fase de implementación como en la operativa.
Señaló que los efectos de la carga de la deuda no se limitan a lo financiero, ya que comprometen las inversiones en educación, salud e infraestructura básica, impactando así negativamente en el desarrollo social y económico.
En este contexto, defendió un enfoque continuo de las vulnerabilidades de la deuda en los países de ingresos bajos y medios, como una de las prioridades del G20 bajo la presidencia de Brasil.
“La transición energética también está en riesgo por la falta de recursos, comprometiendo los objetivos climáticos y provocando consecuencias globales devastadoras”, destacó.
El representante permanente de Angola reiteró que Angola cuenta con la presidencia brasileña del G20 para fortalecer a los países menos desarrollados para eliminar la pobreza, promover la prosperidad compartida y fortalecer el desarrollo centrado en el ser humano para no dejar a nadie atrás.
VIC/KS
