Luanda – La conquista de la paz, "sellada" el 4 de Abril de 2002, por el Gobierno y por la UNITA, constituyó uno de los momentos más importantes del país, durante los últimos 45 años.
Este importante paso, celebrado tras la muerte del líder histórico del mayor partido de oposición, Jonas Savimbi, facilitó el proceso de reconciliación nacional y el establecimiento de un Estado democrático y legal, a pesar de los grandes desafíos que aún persisten en este ámbito.
El logro de la paz, después de 27 años de una guerra abrupta, que destruyó el país y se cobró la vida de miles de angoleños en los campos de batalla, en los campos, aldeas y ciudades, fue el momento más expresivo de las largas negociaciones entre el Gobierno y de la UNITA.
Fue, por tanto, el final de un proceso histórico y de una guerra entre hermanos que se inició en 1975, tras la salida de los colonizadores portugueses, cuyas repercusiones (severas) aún se sienten, hoy, de forma dura, en la vida de la mayoría de ciudadanos nacionales.
Para el "cierre de las armas", el país fue testigo de etapas difíciles de negociaciones, que culminaron en pactos de alto el fuego, incluido el Acuerdo de Gbadolite, nacido de varias reuniones/cumbres conjuntas entre las partes, en el intervalo del 25 de Abril al 22 de Junio de 1989.
Asimismo, se firmaron los convenios Bicesse (31 de Mayo de 1991), Lusaka (20 de Noviembre de 1994), Lucusse, Moxico (2002) y los convenios complementarios al Protocolo de Lusaka, rubricados en Luanda (4 de Abril de 2002), que puso fin a una etapa de incertidumbre entre los angoleños.
Para la clase política del país, escuchada por la Angop, el silencio definitivo de las armas, junto con la aprobación de la Constitución de la República y el Código Penal, se encuentran entre los grandes logros de 45 años de soberanía.
“El mayor logro es la autodeterminación de los pueblos, el bien supremo de cualquier pueblo, después de la paz, que se ganó hace más de 18 años”, expresa el presidente del Grupo Parlamentario del MPLA, Américo Cuononoca.
Invitado a comentar los logros y desafíos del país durante los 45 años de independencia, el parlamentario lamentó, sin embargo, que se registrara el período de guerra, que detuvo el desarrollo económico y destruyó varias infraestructuras sociales y económicas.
En su opinión, con el logro de la independencia nacional y, posteriormente, la paz, los angoleños recuperaron su personalidad cultural e identidad nacional.
"La gente ahora puede hablar sus lenguas nacionales, que estaban subordinadas y marginadas, en la época colonial", sostiene, destacando el hecho de que, durante este período, el Gobierno de Angola ha emprendido un programa de capacitación de personal.
En el ámbito legislativo, destaca la Constitución de 2010 y la aprobación del nuevo Código Penal, acorde con la realidad actual del país.
“Hoy tenemos un Código Penal angoleño, que ahora será reconsiderado en la casa de leyes, pero adaptado a nuestra realidad, idiosincrasia e identidad cultural”.
En el ámbito económico, dice que el país ha marcado pasos, pero la crisis económica derivada de la caída del precio del crudo en el mercado internacional ha sido un gran "enemigo" para el país.
"Dependemos del petróleo, principal producto de exportación y, en los últimos 14 años, el precio del crudo en el mercado internacional ha bajado considerablemente, lo que ha provocado algunos desequilibrios económicos", reconoce el parlamentario.
Para él, los desafíos del país incluyen promover el desarrollo económico y social.
“El fin último de cualquier gobierno es satisfacer las necesidades apremiantes de su pueblo y eso es precisamente con lo que está comprometido el Ejecutivo”, concluyó.
UNITA señala avances y retrocesos
A su vez, el diputado de la UNITA, Maurílio Luyele, entiende que la independencia nacional fue un gran logro para el pueblo angoleño, pero lamenta que esto "ocurrió con fuertes divisiones y fracturas, que desembocó en la guerra".
En su opinión, el país ha retrocedido, económicamente, porque continúan existiendo "graves fracturas sociales y desigualdades sociales", a pesar de la estabilidad política y militar.
Para el líder de la UNITA, el mayor partido de la oposición, el logro de la paz es un gran logro, pero, después de casi 20 años, la situación del país y de los angoleños ya debería mejorar.
Maurílio Luyele afirma, en otro ámbito, que la aprobación de la Constitución de 2010 representó un avance significativo para el país, aunque reconoce que hay aspectos que necesitan ser mejorados, como el modelo para la elección del Presidente de la República.
Como desafíos, apunta a la profundización de la democracia, la reforma del Estado, la institucionalización del poder local, el pluralismo de ideas, la libertad de expresión y de prensa, de manera efectiva.
Para usted, son estos supuestos los que favorecerán las reformas económicas necesarias para que el país pueda deslizarse hacia el desarrollo sostenible.
PRS considera el logro de la paz decisivo
El presidente del Partido Renovación Social (PRS), Benedito Daniel, entiende que el logro de la paz fue decisivo para que los angoleños construyeran un futuro promisorio.
Sin embargo, afirma que este futuro promisorio se ha pospuesto, de momento, "por el deterioro de la situación social y del tejido económico del país en los últimos años".
“Teníamos un país portentoso, con mucha riqueza y con posibilidades de aumentar la producción, años dorados, pero, lamentablemente, no teníamos líderes a la altura”, critica.
Para Benedito Daniel será necesario, a partir de ahora, hacer un esfuerzo gigantesco para que el país se reafirme en el ámbito económico, con un mayor enfoque en la diversificación de la economía y el aumento de la producción nacional.
En el capítulo legislativo, el líder del PRS dice que el país ha “hecho grandes avances”, porque se aprobaron leyes fundamentales, con la Constitución de 2010 y el nuevo Código Penal.
"Fue doloroso trabajar con un Código Penal que era muy diferente de nuestra realidad", dice, y destaca que la sustitución del Código Penal portugués fue un "logro" enorme.
“A partir de ahora, esperamos que no haya más personas inocentes para condenar, porque así lo dicta el fundamento de la sentencia del nuevo instrumento legal”, sentencia.
A juicio del PRS, los principales desafíos que enfrenta el país son la implantación del poder local y la diversificación de la economía, caminos que conducirán al país al progreso y desarrollo social deseado.
Benedito Daniel reconoce que hay un aumento significativo de la producción agrícola en el país, pero lamenta la falta de industria manufacturera y caminos para el flujo de productos del campo a las grandes metrópolis.
Por ello, el político recomienda que la ubicación de la producción agrícola a gran escala sirva para establecer industrias manufactureras, lo que sería muy beneficioso para el país.
La guerra no honró a los angoleños - FNLA
l presidente del FNLA, Lucas Ngonda, dice que, si la independencia no se hubiera cruzado con la guerra, desde el punto de vista económico el país habría logrado muchos avances.
Al respecto, recuerda que, incluso antes de la independencia, Angola era una de las colonias portuguesas que ya contaba con muchas infraestructuras, como fábricas, carreteras y puentes, que iban a servir de base a la nueva nación, pero, con la guerra, fueron destruidos en todo el país.
Con la conquista de la paz, en 2002, según el político, el país entró en una fase “triunfalista”, pero hubo, lamentablemente, una élite que se enriqueció ilícitamente.
Lucas Ngonda elogia, por cierto, la lucha que el Presidente de la República, João Lourenço, está a trabando para recuperar los bienes del Estado angoleño que están en manos de particulares.
En el ámbito legislativo, la Conferencia Multipartidaria de 1992, convocada por el ex presidente de la República, José Eduardo dos Santos, destaca el establecimiento de un estado democrático y legal.
Recuerda, por cierto, que a partir de entonces se votó una ley constitucional que colocó a Angola con el estatuto de un estado democrático de derecho, instrumento legal que el político consideró de suma importancia.
Entre los grandes desafíos del país, el presidente del FNLA dice que la batalla por la independencia económica debe estar en primer plano.
"Covid-19 ha demostrado que, después de todo, depender económica, social e incluso políticamente de otros poderes no ayuda a la supervivencia de una nación", dice.
Señala que el esfuerzo que se está haciendo para que el país tenga una agricultura viable, una comunidad empresarial nacional sólida e industrias para transformar los productos del campo debe merecer todo el apoyo de la ciudadanía y la comunidad internacional.
Finalmente, Lucas Ngonda también evoca la necesidad de que se establezcan autarquías, "porque, si no, tendremos una democracia incompleta, que no cumplirá escrupulosamente su misión".
La sociedad civil elogia la pacificación y la reconstrucción
Si, por el contrario, la clase política apunta al logro de la independencia y la paz como dos grandes logros del país en los últimos 45 años, la sociedad civil sostiene que, además de estos, se debe enfatizar la pacificación, la reconciliación y la reconstrucción de la infraestructura social y económica.
En declaraciones a la Angop, religiosos y académicos consideran que el país ha registrado, a pesar de la crisis económica y financiera, un importante desarrollo en infraestructura, en los últimos 18 años.
Entre los logros de la independencia y la paz definitiva, se destacan la consecución de la libertad de pensamiento y expresión, la implementación de la educación y la salud gratuitas, la construcción de infraestructuras escolares y de salud en todas las localidades del país.
Según el obispo de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo en el Mundo (Tocoista), Afonso Nunes, Angola no solo logró afirmarse en el contexto de las naciones, como un país independiente y soberano, sino que también amplió su línea de acción.
El obispo subraya que, con la consecución de la paz definitiva en Angola y el silencio de las armas, los ciudadanos vieron renacer el sueño de la esperanza de un futuro mejor, con la apertura de carreteras, que permitió la libre circulación de personas y mercancías, y, en consecuencia, la implementación de varias infraestructuras.
A lo largo de los 18 años de paz, agregó, el Estado logró no solo ampliar las infraestructuras en los diversos dominios, sino que también abrió las puertas al aumento de las oportunidades de enseñanza y aprendizaje y formación, en la ejecución de proyectos agrícolas, aunque todavía están desafíos de desarrollo.
A su vez, el obispo Manuel Inocêncio de Sousa, presidente de la Unión de Iglesias de Espírito Santo (UIESA), dijo que, con el logro de la independencia y la paz, los angoleños ganaron protagonismo en la arena política internacional, con una fuerte intervención en la resolución de conflictos en la región de los Grandes Lagos.
Para el Rev. João Jones, de la Iglesia Metodista Unida, la conquista de la paz permitió la libre circulación de cristianos y ciudadanos en general, participando en el desarrollo del país, contribuyendo a la formación de personal calificado, a través de universidades y escuelas de otros niveles.
El religioso también señala las facilidades creadas para que las confesiones difundan el mensaje del evangelio a todos los rincones del país, sin miedo, reforzando los llamados a la unidad y conjugación de sinergias para el bienestar de todos los angoleños.
En otro sentido, los interlocutores señalan, como principales desafíos, el aumento de la lucha contra la corrupción y la mala gestión del fisco, considerando que Angola tiene todo el potencial para tener condiciones dignas para sus ciudadanos.