Beijing - El presidente chino, Xi Jinping, envió un mensaje de condolencia al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, por las víctimas de las intensas lluvias que dejaron 48 muertos y 57 desaparecidos en el litoral del estado de São Paulo.
Según la agencia oficial de noticias china Xinhua, Xi expresó "profundas condolencias por las víctimas" y solidaridad "con las familias afligidas y las personas en la zona afectada por el desastre, además de desear a los heridos una pronta recuperación".
Las tormentas comenzaron el sábado, cuando casi todo Brasil estaba dedicado a las festividades del Carnaval, y provocaron un nivel récord de precipitaciones en el país, con más de 680 milímetros en 24 horas.
Según datos oficiales, casi tres mil personas tuvieron que abandonar sus casas por temor a nuevos derrumbes a lo largo de todo el litoral paulista, rodeado de montañas que en las últimas décadas han sido ocupadas irregularmente y donde cientos de viviendas permanecen en riesgo.
Las labores de rescate se concentran principalmente en la ciudad de São Sebastião, donde se registró la gran mayoría de las víctimas.
La Marina de Brasil anunció que instalará un hospital de campaña en São Sebastião y también que trasladará a esa zona un portaaviones, que servirá de base para los helicópteros que participan en las operaciones de rescate y apoyo a las víctimas.
Durante el fin de semana, varios organismos de prensa informaron que una visita del presidente Lula da Silva a China estaba programada para el 28 de marzo.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo este martes a la agencia de noticias Lusa que espera la visita de Lula da Silva "lo antes posible", al considerar que el presidente de Brasil es un "viejo amigo" del pueblo chino.
El ministerio chino dijo que China "da la bienvenida" a una visita del presidente brasileño, tan pronto como "sea conveniente para ambas partes".
Beijing "otorga gran importancia a la asociación estratégica integral entre China y Brasil", agregó la misma fuente en una respuesta escrita.
Durante los dos primeros mandatos de Lula da Silva, entre 2003 y 2011, se intensificó la relación comercial y política entre Brasil y China, marcada, en particular, por la formación del bloque de economías emergentes BRICS, que también incluye a Rusia, India y Sudáfrica.
La relación entre China y Brasil se enfrió durante el mandato de Jair Bolsonaro, quien asumió el poder con la promesa de reformular la política exterior brasileña, con un acercamiento a Estados Unidos, y poniendo en riesgo décadas de alianza con el mundo emergente.
El ex Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Ernesto Araújo, incluso adoptó una retórica hostil hacia la República Popular China.