Varsovia - El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, expresó hoy (3) su apoyo a la reintroducción de la pena de muerte para delitos más graves, una opción en la que reconoció diferencias con la Iglesia católica y que lo alejaría de las normas europeas en esta zona
La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE) establece en su artículo 2 que “nadie puede ser condenado a pena de muerte ni ejecutado”, pero Morawiecki defendió la reapertura del debate en Polonia y advirtió que el mundo podría estar moviéndose a toda prisa hacia su abolición.
De esta forma, el jefe del Gobierno ultraconservador polaco consideró que la pena de muerte "debe permitirse" para los delitos más graves, posición que expresó en un encuentro con la ciudadanía a través de Facebook, indicó el diario Gazeta Wyborcza.
La última ejecución en Polonia tuvo lugar en 1988, en un caso de asesinato, y al año siguiente entró en vigor una moratoria que puso fin 'de hecho' a la pena capital.
La reforma legal definitiva se adoptó en 1997 cuando se abolió esta pena extrema del Código Penal.