Budapest - El Papa Francisco, este viernes, en Budapest, denunció los riesgos del nacionalismo y el "infantilismo bélico" de algunos países y defendió el cuidado en la acogida de los inmigrantes y la protección de las minorías.
Durante su primer discurso en la capital húngara, pronunciado ante el primer ministro Viktor Orban, el jefe de la Iglesia católica denunció las amenazas políticas emergentes.
“Los nacionalismos vuelven a hacer ruido”, lamentó el Papa, refiriéndose a que la política internacional “está retrocediendo a una especie de infantilismo beligerante”, por lo que, en este complejo escenario, “resulta fundamental redescubrir el alma europea”.
El Papa Francisco se mostró preocupado por la tendencia de países y pueblos a "cerrarse en sí mismos" e insistió en la "necesidad de abrirse a los demás", en una obvia referencia al tema de la migración.
Francisco recordó el espíritu de la Constitución húngara, que llama al respeto de las minorías, diciendo que "es verdaderamente evangélico, va en contra de cierta tendencia, a veces justificada en nombre de las tradiciones e incluso de la fe, de encerrarse en uno mismo", añadió.
Con Viktor Orban en el poder, Hungría construyó muros en sus fronteras y restringió la presentación de solicitudes de asilo, una política que le valió varias condenas del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE).
En 2022, solo 18 personas obtuvieron el estatuto de refugiado, una cifra insignificante que no tiene equivalente en otros países de la UE.