Wellington - El gobierno de Nueva Zelanda declaró el estado de emergencia el martes después de que el país fuera azotado por un violento ciclón, que privó a 225.000 personas de electricidad y provocó inundaciones y deslizamientos de tierra.
Fuertes vientos y lluvias torrenciales azotaron la Isla Norte el lunes por la noche, hogar de las tres cuartas partes de los cinco millones de habitantes del país.
El primer ministro de Nueva Zelanda, Chris Hipkins, dijo que este "evento meteorológico fue el más importante que ha ocurrido en Nueva Zelanda este siglo".
"Las consecuencias son significativas y generalizadas", dijo Hipkins, y agregó que la gravedad y los daños causados por este ciclón "no se habían visto en una generación".
Muchas casas fueron golpeadas por la caída de árboles o invadidas por lodo y basura. Algunos habitantes se encontraron así completamente aislados, con las carreteras cortadas como consecuencia de deslizamientos de tierra o inundaciones. Según medios locales, muchas personas tuvieron que salir nadando de sus casas, otros vecinos caminaron por calles completamente inundadas y varias personas quedaron aisladas en sus viviendas.
Este ciclón provocó rachas de viento de hasta 140 kilómetros por hora, un nivel de precipitación de unos 20 centímetros en 24 horas y olas de once metros.
Al menos 2.500 personas tuvieron que ser evacuadas de sus hogares, según el ministro de Gestión de Emergencias, Kieran McAnulty.
Varias áreas son inaccesibles por tierra y sin electricidad ni telecomunicaciones. Unas 225.000 personas no tienen acceso a la electricidad, según los proveedores de energía y el gobierno de Nueva Zelanda. La carretera principal que une la capital Wellington con Auckland, la ciudad más grande del país, está cerrada. El ejército se movilizó para ayudar a evacuar a las poblaciones de las zonas más afectadas por el ciclón.
"Este es un mal tiempo sin precedentes que está teniendo un gran impacto" en el norte del país, dijo McAnulty, con "inundaciones a gran escala, deslizamientos de tierra, carreteras dañadas y otra infraestructura".
Esta es solo la tercera vez que Nueva Zelanda declara el estado de emergencia, luego de los ataques de Christchurch en 2019 y la pandemia de Covid-19 en 2020.
“Este es un gran desastre (que representa) una amenaza real para la vida de los neozelandeses”, advirtió McAnulty, y agregó que se había declarado una emergencia nacional de siete días.
El ministro de Nueva Zelanda dijo que se esperaban más lluvias y fuertes vientos para hoy, situación que complicaría las operaciones de socorro.
Un bombero está desaparecido y otro se encuentra en estado crítico luego de que una casa se derrumbara en el oeste de Auckland, según los servicios de bomberos y rescate.
Los aviones comerciales quedaron en tierra por el ciclón y la aerolínea Air New Zealand dijo que los viajes de 35.000 de sus clientes internacionales se vieron interrumpidos, con más de 600 vuelos cancelados. Sin embargo, los aeropuertos están reabriendo gradualmente hoy.