Washington - El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró este lunes que está "decidido" a ir más allá en la lucha contra la violencia armada y prohibir nuevamente la venta de armas de asalto que convierten al país en "campos de batalla".
El Jefe de Estado hablaba en la Casa Blanca durante la ceremonia de firma de una ley destinada a fortalecer la regulación de armas de fuego, la más importante en casi 30 años, aprobada gracias al acuerdo entre demócratas y republicanos.
Sin embargo, Biden recordó que esto sigue estando muy por debajo de sus ambiciones en este asunto.
La votación de este proyecto de ley, posible gracias a los votos de varios senadores republicanos, siguió a dos tiroteos a gran escala que conmocionaron al país.
“Esta ley demuestra que podemos, a pesar de los derrotistas, lograr un progreso significativo contra la violencia con armas de fuego”, dijo Biden, citado por la Agencia France-Press (AFP).
El gobernante pidió que este movimiento se "galvanice" tras los repetidos tiroteos "en escuelas, lugares de culto, trabajo, comercios, festivales de música, bares y tantos otros lugares de la vida cotidiana que se han convertido en campos de batalla".
Los fusiles semiautomáticos AR-15, muy utilizados en masacres en los últimos años, fueron prohibidos entre 1994 y 2004, recordó el demócrata.
“Estoy decidido a prohibir estas armas nuevamente, así como los cargadores de alta capacidad [que pueden] disparar cientos de balas en minutos”, agregó.
El presidente estadounidense también defendió una ley que castiga a los dueños de armas que no las guardan en una caja fuerte cerrada.
"Si tienes un arma, tienes la responsabilidad de protegerla y mantenerla bajo llave", dijo, y agregó que tiene cuatro armas, dos propias y dos de su hijo fallecido, que están "bajo llave".
Joe Biden fue interrumpido durante la ceremonia por el padre de una de las víctimas del tiroteo en la escuela de Parkland (Florida) de 2018.
Manuel Oliver, padre de Joaquín Oliver, se puso de pie en la audiencia para advertir al presidente que la iniciativa es insuficiente para acabar con la violencia armada.
"Siéntense. Escuchen lo que tengo que decir. Déjenme terminar mi discurso", replicó el demócrata desde el púlpito.
Aún así, ante la insistencia de Oliver, los servicios de seguridad acabaron expulsando del acto al manifestante.
El debate sobre la posesión de armas en Estados Unidos se ha reabierto en las últimas semanas tras el tiroteo del 24 de mayo en una escuela de Uvalde, Texas, en el que murieron 19 niños y dos profesores, y un ataque de supremacistas blancos el 14 de mayo en Buffalo, Nueva York, que causó 10 muertes.
El 4 de julio, durante el desfile del Día de la Independencia en Highland Park, una ciudad al norte de Chicago, un hombre disparó contra los participantes, matando a siete de ellos e hiriendo a otros 39.
Cerca de 400 millones de armas de fuego están en circulación en los Estados Unidos.
Según el Gun Violence Archive, que incluye los suicidios en sus datos, más de 23.200 personas han muerto por armas de fuego desde principios de año.
