Washington - El presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, consideró "escandalosa" la violencia de simpatizantes del exjefe de Estado, Jair Bolsonaro, que invadieron este domingo la sede de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial de Brasil.
Esta fue la primera reacción directa del presidente estadounidense, en Texas, luego que cientos de simpatizantes de Jair Bolsonaro invadieran y destrozaran el Congreso Nacional, el Palacio del Planalto y el Supremo Tribunal Federal (STF), en Brasilia.En la red social Twitter, el mandatario estadounidense también condenó "el ataque a la democracia y el traspaso pacífico del poder en Brasil".
“Las instituciones democráticas de Brasil cuentan con todo nuestro apoyo y la voluntad del pueblo brasileño no puede ser socavada. Deseo seguir trabajando” con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, transmitió Joe Biden.
Anteriormente, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y el secretario de Estado, Antony Blinken, expresaron el apoyo de Estados Unidos a las instituciones democráticas de Brasil y condenaron la violencia.
Más temprano, el encargado de negocios de la embajada de Estados Unidos en Brasil, Douglas Koneff, condenó "con vehemencia" la invasión de la sede del poder brasileño, por considerar que se trataba de "ataques a la democracia".
Por otro lado, la diputada demócrata Alexandria Ocasio-Cortez defendió, en la red social Twitter, que Estados Unidos debería "dejar de garantizar refugio a Bolsonaro en Florida".
El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro partió hacia EE.UU. el 30 de diciembre, dos días antes de la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva como jefe de Estado, perdiéndose la ceremonia en Brasilia.
Bolsonaro viajó a Florida para instalarse en un resort propiedad del ex presidente estadounidense Donald Trump, donde fue invitado.
"Casi dos años después que el Capitolio de los Estados Unidos fuera atacado por fascistas, vemos movimientos fascistas en el exterior tratando de hacer lo mismo en Brasil. Debemos seguir siendo solidarios con Lula da Silva y su gobierno elegido democráticamente".
Los manifestantes, que rompieron las barreras de protección policial, piden la intervención militar para derrocar al presidente Lula da Silva, una semana después de su investidura.
El presidente brasileño decretó la intervención federal en Brasilia y la Policía Militar logró, mientras tanto, recuperar el control de la sede del STF. Lula da Silva prometió que todos los responsables de las invasiones serán castigados.