Berlín - Alemania, que anunció un recurso de carbono a gran escala para compensar el bajo suministro de gas ruso, prometió que esta solución sería temporal y reafirmó el objetivo de abandonar este combustible fósil para 2030.
“La emisión de carbono en 2030 no está comprometida de ninguna manera (...)”, garantiza Lunes a la Lusa, portavoz del Ministerio de Economía y Clima.
Efectivamente, el calendario es "más importante que nunca", añadió este portavoz, Stephan Gabriel Haufe.
El objetivo de deshacerse del carbón "idealmente" para 2030 es un punto central del contrato de coalición del canciller socialdemócrata Olaf Scholz con sus socios ecologistas y liberales.
Sin embargo, el Gobierno decidió anunciar el domingo que iba a utilizar las llamadas centrales de carbón "de respaldo", que se utilizan solo como último recurso, para garantizar la seguridad energética del país, cuando la Federación Rusa reduce progresivamente su suministros de gas a Europa.
En términos reales, algunas plantas permanecerán operativas más tiempo del previsto en el plan de transición energética alemán.
Este uso del carbón será "provisional", prometió el domingo el ministro de Economía y Clima, el "verde" Robert Habeck, quien admitió que se trata de una decisión "amarga".
La ampliación de algunas plantas será "una medida coyuntural", por un período "limitado", hasta marzo de 2024, insistió hoy el Gobierno.
La empresa rusa del gas. Gazprom, anunció la semana última reducciones en el suministro a través del gasoducto Nord Stream, en el contexto de las disputas entre los estados occidentales y la Federación Rusa, luego de que esta invadiera Ucrania.
Técnicos y políticos esperan que los líderes de Moscú reduzcan aún más los suministros en los próximos meses, lo que podría ser un rompecabezas para la industria alemana.
La situación es "grave" para Alemania, que sigue importando el 35 por ciento de su gas de la Federación Rusa, frente al 55 por ciento antes del ataque ruso a Ucrania, aunque por el momento el suministro está garantizado, según Habeck.
Austria, también dependiente del gas ruso, también anunció el domingo la reactivación de una central térmica de carbón, con el fin de dar respuesta a un posible desabastecimiento.