Luanda - El ministro de Cultura y Turismo, Filipe Zau, destacó, en México, la salvaguardia del patrimonio cultural, material e inmaterial y las industrias creativas como soportes de la identidad, la investigación científica y el empleo.
Según el ministro, que hablaba en la 27ª Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales, organizada por la UNESCO, la actual legislación angoleña sobre política cultural refleja la importancia otorgada a las cuestiones relacionadas con la preservación, conservación y valorización del patrimonio cultural, incluidas las lenguas de origen africano, asegurando el vínculo con la sostenibilidad ambiental y el turismo, con el fin de proteger la colección para las generaciones actuales y futuras.
Para el Gobierno de Angola, dijo, la restitución de bienes culturales usurpados o traficados ilegalmente son temas preocupantes que deben ser analizados a nivel de las comunidades locales y de la diplomacia cultural.
“Angola inserta las acciones del sector cultura en el Plan Nacional de Desarrollo y se beneficia anualmente del Presupuesto General del Estado, lo que denota la importancia que la preservación de nuestro acervo y nuestras industrias culturales y creativas tienen para nuestro país, como agentes estratégicos del desarrollo endógeno y sostenible”, afirmó Filipe Zau.
De acuerdo con el ministro, Angola continúa realizando esfuerzos para valorizar Mbanza Kongo: Restos de la Capital del Antiguo Reino de Kongo, patrimonio de la humanidad, y el Sitio Histórico de la Batalla de Cuíto Cuanavale, por su relevancia histórica, destacando la victoriosa lucha contra el Apartheid.
Filipe Zai defendió que el desarrollo cultural sostenible pasa también por la implementación de políticas integradoras, considerando la protección del patrimonio histórico y cultural de los impactos del cambio climático.
“Así, fomentamos la realización de debates multilaterales, en el sentido de avanzar de manera coordinada y con respeto mutuo. Es imperativo que, a nivel nacional, los países desarrollen instrumentos estadísticos que permitan viabilizar el impacto del aporte de la actividad cultural en sus respectivas economías”, subrayó.
El ministro también recomendó reforzar la formación técnico-profesional y la financiación de las más diversas áreas del sector de la cultura, con miras a la elaboración e implementación de políticas sostenibles.
En la visión de Filipe Zau, la libre circulación de agentes y bienes culturales también es de suma importancia para Angola, especialmente entre países transfronterizos, teniendo en cuenta sus afinidades culturales.
El ministro defendió la necesidad de consolidar la libre circulación de artistas y otros “trabajadores culturales”, creando las condiciones indispensables para su desarrollo profesional.
El evento, que tiene lugar 40 años después de la primera edición de Mondiacult, reúne a más de 100 ministros de Cultura y miles de profesionales en la materia para “trazar una nueva hoja de ruta global para las políticas culturales”.
Entre los objetivos de la iniciativa también está dar respuesta a los grandes desafíos contemporáneos en torno a cuatro ejes de debate: cómo revitalizar y fortalecer las políticas culturales, cuál es el lugar de la cultura en el desarrollo sostenible, cómo responder a las crisis que afectan a la diversidad patrimonial y cultura y, finalmente, cuál es el futuro de la economía creativa.
En el centro de las discusiones se encuentran temas como la lucha contra el tráfico ilícito de bienes culturales, el retorno de las obras a sus países de origen, la condición del artista, la libertad de expresión, la revolución digital, el turismo cultural sostenible y el papel de la cultura en la protección del clima.
Según datos de la UNESCO, el sector cultural y creativo es un potente motor económico, representando más de 48 millones de puestos de trabajo en todo el mundo (el 6,2% de todos los puestos de trabajo existentes) y el 3,1% del PIB mundial. Es también el sector que emplea y ofrece oportunidades a un mayor número de jóvenes menores de 30 años.