Cuito – Siete años después de su lanzamiento, en un área de 1.800 hectáreas, el Polo de Desarrollo Industrial (PDI) de Cunje, provincia de Bie, permanece inoperativo y busca inversores, principalmente del sector privado.
Por Bartolomeu Nascimento
El proyecto sigue "parado en el tiempo", sin fábricas instaladas y sin generar puestos de trabajo, uno de sus principales objetivos, pese a la apertura de los municipios a inversores privados, para la compra de espacios a precios rebajados.
Valorado en casi 25 millones de dólares, el espacio gestionado por la Red Nacional de Polos de Desarrollo Industrial, del Ministerio de Industria y Comercio, tiene como objetivo dotar de terrenos de infraestructura y aumentar la competitividad de las empresas.
En una primera fase cuenta con 610 hectáreas para el fraccionamiento industrial y hasta el momento se han registrado 54 solicitudes, según datos de las autoridades locales.
De aprobarse las solicitudes, se podrían crear más de mil puestos de trabajo en las áreas de la industria alimentaria, productos químicos, artículos de caucho, materiales plásticos, productos minerales no metálicos, muebles y metalurgia básica.
De hecho, la implementación del PDI de Cunje es vista como un “salvavidas” para cientos de jóvenes que buscan su primer empleo para mejorar su calidad de vida.
Si se realizan las inversiones, el polo contará con varias fábricas, entre ellas de ladrillos y tejas, asfalto y hormigón, cerámica, procesamiento de piedra natural y cemento.
También está prevista la construcción de fábricas para la elaboración de conservas de frutas y verduras, bebidas no alcohólicas, un matadero industrial y la industria de la alimentación animal.
El PDI de Cunje está ubicado cerca del Ferrocarril de Benguela, lo que podría facilitar el transporte de mercancías, según el gobernador provincial de Bie, Pereira Alfredo.
Por eso, Alfredo Pereira dice que se está haciendo todo lo posible para obtener financiamiento y alentar a los empresarios a invertir en el proyecto, en el marco de las estrategias del Ejecutivo para dinamizar la economía de la provincia, en particular, y del país, en general.
Invitó a los empresarios, tanto nacionales como extranjeros, a invertir en el centro, destacando que el Gobierno sigue trabajando en crear las condiciones, especialmente en lo relacionado con la electricidad y el agua potable, para facilitar la inversión.
Impulso a la economía
Según el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de Bié (CCI), Gil Chindai, la implementación del PDI impulsará el desarrollo socioeconómico de la provincia, aumentará el nivel de empleo y reducirá las importaciones.
Respecto al retraso en el inicio del proyecto, el funcionario explica que se debe a varios motivos, principalmente el desequilibrio financiero de las empresas al momento de diseñar el programa y la no transferencia de créditos por parte de los bancos.
Según el responsable, el sector productivo en la provincia crece, pero aún es preocupante el estado de estancamiento de la industria de transformación, destacando que las fábricas podrían absorber la producción de los medianos y grandes productores agropecuarios.
Informa que la CCI trabaja con el Gobierno para estructurar el PDI de Cunje, con el fin de colocar los servicios de agua potable, energía eléctrica y otros en el espacio.
“En este momento, tenemos un terreno para la construcción del eje no estructurado. La clase empresarial de la provincia de Bie reclama desde hace tiempo una línea específica para financiar proyectos vinculados a la industria manufacturera”, destaca.
Gil Chindai informa que la CCI está trabajando con su homóloga de Lusaka (Zambia) en la formación técnica de los productores de cereales de la provincia, destacando que Bié tiene condiciones favorables para crear industrias manufactureras en el polo industrial.
Subraya que la provincia es potencia en el cultivo de maíz, soja, frutas y hortalizas diversas, productos que pueden transformarse para evitar que se pudran en los lugares de cultivo, por la incapacidad de los campesinos para conservar.
Gabinete integrado controla 422 unidades industriales
Por su parte, la Dirección Provincial de Desarrollo Económico Integrado controla 422 unidades industriales, entre medianas, pequeñas y microempresas. De estos, 46 son molinos que transforman harina de maíz y bombo. Ante la ausencia de grandes industrias, han minimizado las preocupaciones de los productores y de la población.
De estas unidades se destacan panaderías, plantas embotelladoras de agua, fabricación de compotas, carteras, tejas, láminas, cuadernos, hormigón y asfalto.
De enero de 2017 a marzo de 2022, la provincia se benefició de inversión privada por un monto estimado de 703 millones 446 mil 411 kwanzas y 15 centavos, de los cuales Kz 585 millones 546 mil 548 kwanzas y 15 centavos en la industria alimentaria.
En el mismo período se recaudaron dos millones 670 mil 536 kwanzas.
Las inversiones permitieron generar 8.128 puestos de trabajo.
Cunje con trayectoria en la industria
La comuna de Cunje, ubicada a siete kilómetros al norte de la ciudad de Cuito, capital de Bie, fue una vez una potencia industrial, con varias unidades, entre las que destacan Empresa Fabril de Angola (EFA) y Cibelta.
La Empresa Fabril de Angola tenía capacidad para producir 1.500 sacos diarios de harina de trigo, así como cientos de unidades de maíz y soja. Ya era considerada, en la época colonial, la mayor fábrica peladora de arroz de Angola.
El producto final fue comercializado en varias provincias, en especial Luanda, Huambo, Benguela, Moxico y Cuando Cubango.
Destruida durante la guerra, la infraestructura se transformó en un “depósito” para vehículos dañados y un escondite para delincuentes. A pesar del intento de recuperación del antiguo molino, la falta de financiación ha hecho imposible este anhelo.
En cuanto a Cibelta, una fábrica de aceite vegetal destruida durante la guerra, se transformó en un lavadero de coches, aunque los propietarios quieren dar otro destino al mismo espacio.
Ex trabajadores lamentan estado de abandono
El mayor Adriano Segunda, de 88 años, trabajó de 1948 a 1988 en EFA, donde comenzó como dibujante (personas que echan el trigo en los costales), antes de ascender a ingeniero jefe.
Según esa autoridad tradicional del barrio Etumbo, en la periferia de la comuna de Cunje, la fábrica contaba con descascarillado de arroz, molienda de maíz y trigo, y una plantilla de 57 angoleños y algunos portugueses, que guiaban su funcionamiento.
El anciano dice que la empresa apoyó a muchas familias en el pasado, por lo que hace un llamado al Estado para recuperar la infraestructura, por el bien de la provincia.
Por su parte, Zeferino Calungumpa, un hombre de 77 años, también ex trabajador de la EFA, dice que trabajó entre 1967 y 1988 en el área de entrada de trigo, cuya misión era coser y transportar los costales a los almacenes.
Lamenta la falta de inversionistas interesados en la recuperación de las fábricas del municipio de Cunje, a saber, EFA y Cibelta, lo que, para él, sería un activo, en particular para los jóvenes, que buscan su primer empleo.