Luanda - Líderes de diversas confesiones religiosas se sumaron al movimiento de exaltación de las conquistas de la Independencia nacional, que cumplió este lunes 49º aniversario, como un hito histórico absoluto en la trayectoria de la Nación angoleña.
Por António Neto, periodista de la ANGOP
Su denominador común es el reconocimiento de que la Independencia trajo consigo cambios significativos en diferentes sectores de la sociedad, incluido y sobre todo en el sector religioso, con la consecución de la libertad de culto.
Todo ello porque, entre muchas ventajas, el fin del yugo colonial portugués, el 11 de noviembre de 1975, permitió a las instituciones religiosas practicar sus creencias sin la intromisión del poder opresor.
Con el logro de la Independencia, el país registró el surgimiento de iglesias de base africana que se manifestaban y se beneficiaban de protección legal.
Este corolario tendría una gran influencia social con su omnipresencia en los procesos de formación y formateo positivo de las comunidades, el compromiso comunitario, el posicionamiento político de los líderes religiosos y la expansión de las actividades misioneras que, en cierta medida, ayudaron al crecimiento y desarrollo de las comunidades. estas comunidades.
A casi medio siglo de la conquista de la libertad, todos coinciden en valorar el aniversario como un gran motivo de regocijo para la comunidad religiosa, independientemente de su denominación y creencia, ya que la fecha representa un comienzo para todo un pueblo que luchó por su autonomía.
Para el obispo de la Iglesia tocoísta, Dom Afonso Nunes, la fecha es efectivamente “un factor determinante” para la formación de la nación angoleña, al permitir al pueblo decidir su propio destino, con el sacrificio de muchos de sus mejores hijos.
“Vamos a celebrar un momento especial y hay que mirar atrás y hacer balance de lo que mejor hemos hecho”, instó.
En su opinión, es el momento de mejorar y encaminar al país hacia el desarrollo, así como preservar la unidad nacional.
Particularmente a los jóvenes, el obispo recomendó la búsqueda permanente del conocimiento sobre la historia de Angola, para que puedan construir un nuevo país.
La lucha de liberación de Angola estuvo marcada por décadas de resistencia contra el colonialismo portugués, hecho que llevó al surgimiento de varios movimientos de liberación en los años 1960, que incluían a gran parte de la juventud, recordó.
Por su parte, la obispo de la Iglesia Anglicana en Angola, Filomena Teta, que visitó la “segunda región” de la lucha de liberación de Angola, en Brazzaville, la fecha es histórica para el pueblo angoleño, y la iglesia se alegra por este logro alcanzado por niños valientes.
“Nosotros, la Iglesia, hemos cumplido y seguiremos cumpliendo nuestra misión, que es evangelizar a todo el pueblo, así como promover la paz para todos los angoleños”, dijo, destacando que el momento es de reflexión y alegría, “como las circunstancias que precedieron a la libertad fueron menos agradables”.
Hoy, destacó, la independencia trae a todos los angoleños esperanza, soberanía, una patria, donde el pueblo puede decidir su futuro.
Ex miembro de la Organización de Pioneros Agostinho Neto (OPA), la obispo anglicana reconoce que el alcance de la Independencia le permitió formarse en Cuba, dada la escasez de personal nacional en aquel momento, habiéndose graduado en Organización del Trabajo y Salarios ( OTS).
A la juventud angoleña, Filomena Teta advierte que la lucha de los angoleños debe continuar, pero de otra manera, retirando las armas del escenario e invirtiendo en intelectualidad.
“Es necesario estudiar para una Angola mejor y desarrollar el país”, afirmó.
Apoyo a la lucha por la liberación
Para el obispo Emílio de Carvalho, figura ineludible de la historia religiosa y social de Angola, la Iglesia nunca estuvo fuera de la lucha de liberación de Angola, ya que muchos religiosos participaron en la guerrilla, mientras otros permanecieron y apoyaron con oraciones.
El líder metodista retirado, de 91 años, afirma que, personalmente, siempre ha apoyado la lucha por la liberación nacional y los derechos humanos, salvaguardando el compromiso con la justicia, la igualdad y la dignidad para todos.
En entrevista a la Angop el 11 de noviembre, Mons. Emílio de Carvalho reveló que siempre ayudó en la lucha por la liberación de los pueblos, hecho que lo llevó a ser encarcelado, en 1962, en la prisión de São Paulo.
“Fue un momento muy triste, pero también glorioso, porque durante mi encarcelamiento intuí que sufriría mucho, por eso acepté el sufrimiento, porque apoyé la lucha del pueblo por la liberación”, recordó.
En cuanto a las homilías de aquella época, dijo que jugaron un papel crucial, ya que predicaban el evangelio adaptado a la lucha que el pueblo libraba contra el colonialismo portugués por la independencia total.
Consideró que los momentos que precedieron a la proclamación de la Independencia fueron gloriosos y también sirvieron para animar a varios diputados a apoyar más la revolución, pues apuntaban a un futuro brillante.
“Recuerdo la conmemoración del 11 de noviembre, allí en la Plaza de la Independencia, esos momentos vividos por la población. Muchos me dijeron que la lucha de liberación había dado los frutos deseados. El pueblo se sintió liberado y dio gloria a Dios”, destacó.
En este contexto, el prelado afirmó que la Iglesia en general puede ayudar a preservar la memoria de aquel tiempo, apoyando el presente y el futuro de la sociedad, dando su apoyo a la construcción de una Angola mejor.
En 1975, después de largos años de enfrentamientos y negociaciones, Angola finalmente declaró la Independencia, en una ceremonia que tuvo lugar en Luanda, encabezada por el primer presidente del país, António Agostinho Neto.
La lucha por la independencia de Angola fue ardua, marcada por décadas de resistencia contra el colonialismo portugués, con la participación directa de varios movimientos de liberación, como el MPLA, la UNITA y el FNLA, que fueron cruciales en la búsqueda de la libertad del pueblo angoleño.
ANM/OHA/IZ/KS