Luanda - Después de más de cuatro décadas de dependencia del Aeropuerto Internacional “4 de Febrero”, Angola tendrá, este año, definitivamente, una nueva puerta de entrada y salida aérea, con un conjunto de condiciones y servicios complementarios, encantos distintos y motivos de ocio y turismo.
Por Moisés da Silva, periodista de la ANGOP
Se trata del nuevo Aeropuerto Internacional de Luanda, en construcción en el sureste de la capital angoleña, en Viana, a unos 42 kilómetros del centro de la ciudad, con mayores comodidades y diversos atractivos imprescindibles para infraestructuras de este tipo, como en otros países, además de como áreas reservadas para futuras edificaciones, en el modelo progresivo.
Denominado “António Agostinho Neto”, en homenaje al primer Presidente de Angola, esta futura “postal aeroportuaria” se construye en un área de mil 324 hectáreas, reuniendo edificios administrativos, comerciales, técnicos, operativos y tecnológicos, entre otros de apoyo a la actividad aeronáutica.
Dada su grandeza y extensa área de implantación, estará entre los más grandes y modernos de África, con una capacidad anual para manejar 15 millones de pasajeros, un volumen de mercancías de 50 mil toneladas y cientos de aviones, según el Ministro de Transportes, Ricardo D'Abreu.
Es, fundamentalmente, con este propósito en mente que las autoridades angoleñas decidieron construir esta “ciudad deslumbrante”, la nueva referencia de Angola dentro de la red aeroportuaria, que, además de dinamizar el sector de la aviación civil nacional, parece aliviar el intenso movimiento de aviones y pasajeros en el aeropuerto “4 de Febrero”.
El proyecto, en su conjunto, abre las puertas a un atractivo turístico, reuniendo una serie de infraestructuras separadas y un conglomerado de comercios, donde los pasajeros, especialmente los extranjeros, pueden adquirir piezas artesanales señas de identidad de la cultura, geografía e historia de Angola. , con énfasis en cuadros, esculturas y vestimentas con los colores de la bandera nacional.
Son condiciones, equipamientos y estructuras que, más que viabilizar el proceso de migración, permitirán a los usuarios vivir momentos memorables y relajantes en un mismo espacio, con servicios innovadores, que privilegian, en su decoración, la “angolanidad”, con elementos también típico de la fauna y flora nacional.
A diferencia del principal aeropuerto actual del país, con solo dos pistas, el “António Agostinho Neto” tendrá dos pistas dobles y está dimensionado para recibir aviones del tipo Boeing 747 y Airbus 380, siendo este último el avión comercial más grande del mundo. Y, a pesar de estar todavía en construcción, el 17 de junio del año pasado recibió su vuelo experimental, un Boeing 777-300, de la aerolínea angoleña TAAG.
Cuando todo el modelo se materialice, el país tendrá, en operación efectiva, al menos 19 aeropuertos dignos, entre los cuales al menos dos de carácter internacional, a saber, el '4 de Febrero', que actualmente maneja más de la mitad de los 3, 6 millones de pasajeros que entran y salen del país, y el nuevo Aeropuerto Internacional de Luanda (AIL).
Y, por supuesto, esta segunda unidad será la nueva “mascota”, a la altura de los aeropuertos internacionales de Bole (en Addis Abeba, Etiopía), Oliver Tambo (Johannesburgo, Sudáfrica) y El Cairo (Egipto), por citar los del continente africano, y el de Lisboa (Portugal), según fuentes de este sector.
Redefinición del proyecto y nuevo contratista
Las obras se iniciaron efectivamente en 2007, con una línea de crédito de China, y, bajo la ejecución del Fondo Internacional de China (CIF), deberían estar terminadas en 2012. Sin embargo, cuestiones burocráticas obligaron a ampliar el plazo hasta 2017, que también no fue posible, hecho que obligó a la paralización del contrato.
Posteriormente, en 2019, se intentaron retomar las obras, con previsión de finalización en 2021. Sin embargo, el Covid-19, sumado a motivos técnicos y contractuales, obligó a reperfilar el proyecto y a identificar una nueva constructora, AVIC, también china, con amplia experiencia en construcción en aviación civil.
Por otro lado, habiendo roto el compromiso con la constructora inicial, esta nueva asumió la responsabilidad de terminar la futura oficina de correos del aeropuerto de Angola y se comprometió a entregar el proyecto en agosto del presente año, mientras el resto de auxiliares los edificios podrían ser entregados en diciembre. Con este fin, se dispuso de 1,4 mil millones de dólares norteamericanos para completar la construcción del aeropuerto.
En total, la obra, presupuestada en más de USD 5 mil millones (unos € 4.350 millones), involucra en su mayoría a técnicos angoleños. En este momento, el nuevo aeropuerto se encuentra en obras de terminación, incluida la instalación de equipos para su operación, luego de que las obras estuvieron suspendidas por aproximadamente tres años.
Entre otras intervenciones, la infraestructura se beneficia de pavimentación, cubierta vidriada y revestimiento. Ya se han construido las principales instalaciones del aeropuerto, como la Torre de Radar ATC (Control de Tráfico Aéreo), la Estación de Tratamiento de Aguas (ETA) y los dos hangares de mantenimiento de aeronaves.
Para facilitar la circulación de los viajeros, paralelamente a las obras del aeropuerto, se está construyendo un ramal ferroviario de 18 kilómetros entre la estación de Bahía (en Viana) y la unidad aeroportuaria, así como viaductos específicos para la circulación de trenes y autobuses en su perímetro.
Desde el punto de vista de las infraestructuras físicas, en general, ya se ha concluido el 76 por ciento de la obra, por lo que se definió como fecha límite para su finalización el 2023, principalmente la parte de albañilería e ingeniería, incluido el equipaje, una de las más complejos y difícil de superar en el proceso de certificación de un aeropuerto.
Como parte de la etapa de certificación, que comenzó en junio de 2022 y culminará en mayo próximo, la nueva AIL ha recibido visitas periódicas de inspectores de la Organización de Aviación Civil Internacional (OIAC u ICAO, por sus siglas en inglés), en coordinación con técnicos de la Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC).
Cuando esté terminado, moverá, en promedio, al menos 10 millones de pasajeros por año en sus dos terminales internacionales y cinco millones en la terminal doméstica. Las tres terminales manejarán al menos 50 mil toneladas de carga al año, según la Oficina de Operaciones del Aeropuerto Internacional de Nueva Luanda (GONAIL).
Un aeropuerto, una ciudad
Más que un aeropuerto, el proyecto se configura como una ciudad aeroportuaria, con modernas edificaciones y servicios complementarios, en un perímetro donde conviven edificios, jardines y equipamientos de última generación, como las Torres Radar de Control de Tráfico Aéreo y Radar Meteorológico.
En concreto, el proyecto comprende, en sus 75 kilómetros cuadrados de superficie, la estructura principal del aeropuerto, una terminal de protocolo independiente, otra terminal de carga, dos cuerpos de bomberos, un hotel de 53 habitaciones, edificios de control de tráfico integrado, control de tráfico aéreo y un estación de servicio
Según la memoria descriptiva, la futura ciudad aeroportuaria contará también con la sede de la Sociedad Gestora de Aeropuertos (SGA) y de la Empresa Nacional de Navegación Aérea (ENNA-EP), un edificio para servicios de catering (comida servida a bordo) y otro para equipos de apoyo a aeronaves.
Se trata de un enorme complejo de infraestructura (más grande que la Centralidad de Kilamba, 54 kilómetros), que contará además con una subestación eléctrica, una terminal de almacenamiento de combustible, tres plantas frigoríficas, un edificio para los cuerpos de inspección y seguridad, una terminal de carga y dos centros médicos centros de primeros auxilios.
Es una obra fascinante, con la mayoría de los edificios también revestidos de vidrio, lo que realza la belleza arquitectónica de dicha ciudad, que también cuenta con una Estación de Tratamiento de Aguas Residuales (ET AR), una incineradora de residuos sólidos, la Academia de Aviación Civil de Angola y una virgen áreas para la inversión privada.
A diferencia del actual aeropuerto internacional, 'António Agostinho Neto' dispone de dos aparcamientos (uno en superficie y otro subterráneo) para un total de 1.650 vehículos, y sus tres terminales están interconectadas por la sala de salidas. Además de bodegas, tiene un sótano para llegadas, y el primer piso está reservado para salidas.
Para el acceso a la primera planta, que se traduce en el 'hall' de las terminales de embarque, existe un puente rampa para vehículos para el transporte de pasajeros hasta una de las cinco puertas disponibles, además de ascensores y escaleras mecánicas en el interior, que conectan las dos plantas en para facilitar la movilidad de los viajeros.
No obstante, quienes vengan del extranjero y quieran ir directamente a alguna de las provincias y viceversa no necesitarán cambiar de aeropuerto, pudiendo embarcar desde alguna de las tres terminales disponibles y conectadas: dos internacionales y una nacional, debidamente identificadas con paneles informativos. y señales de orientación de circulación.
Al momento del embarque estarán disponibles 31 fundas, de las cuales 20 para vuelos internacionales y 11 para vuelos domésticos. En cuanto al “check-in”, hay 62 mostradores en el internacional y 32 en el doméstico, repartidos en seis islas. En migración, habrá 26 mostradores y 10 sistemas “Passa Fácil” al abordar, así como un número igual al desembarcar, para pasaportes electrónicos.
Con miras a garantizar el comercio “Non Aviation” (en tierra) y el bienestar de los pasajeros, la nueva AIL contará con un “Duty Free Shop”, con una superficie de 1.825 metros cuadrados, 10 espacios para restaurantes y cafeterías , así como cinco lounges (salas de espera), en el internacional, y dos, en el doméstico.
Además de las dos pistas dobles (al Norte 4E, de 3.800 metros de largo y 45 metros de ancho, y al Sur 4F, de 4.000 metros de largo y 60 metros de ancho), contará con señales de estacionamiento de aeronaves, de mantenimiento, carga y aislamiento.
Así, a partir de mediados de este año, Angola contará con una nueva puerta de entrada y salida, de gran valor e interés turístico, a juzgar por la decoración interna de la infraestructura, con imágenes de reptiles y animales únicos del país, así como así como instrumentos musicales únicos de Angola y encantos naturales.