Luanda - La economía informal en Angola continúa teniendo un peso significativo para el Producto Interno Bruto (PIB), a pesar de las estrategias implementadas en los últimos cinco años por el Gobierno para reducir las acciones realizadas fuera de la formalidad.

Por Hermenegildo Manuel, periodista de la ANGOP

Según los datos disponibles, la economía informal representa el 65 por ciento del PIB, con impacto en los sectores de agricultura, comercio, pesca, servicios e industria, pero el peso de la informalidad en la economía nacional se ha reducido en un 1,2 por ciento.

Según cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) del cuarto trimestre de 2020, la mayor parte de la mano de obra en Angola estaba ocupada en el sector informal, con el 80,8 por ciento (8.685.676 personas).

Actualmente, la economía informal implica altas pérdidas para el Estado, fundamentalmente en términos de recaudación tributaria, teniendo en cuenta, entre otras razones, el alto número de empresas no registradas y sin facturas.

Ante este desafío, las autoridades angoleñas apuestan por alcanzar una tasa de informalidad con niveles sostenibles de 1 dígito, con 8 de cada 10 ocupados en el país trabajando en la informalidad, según datos del INE.

Según los datos disponibles, de los más de 11 millones de empleos existentes, alrededor de 9 millones son informales, realidad que lleva al Ejecutivo a desperdiciar alrededor del 65 por ciento de los ingresos de la economía informal, estimados en US$40 mil millones.

Con miras a revertir esta tendencia, el Gobierno desarrolló el Programa de Reconversión de la Economía Informal (PREI), en el marco del Plan Nacional de Desarrollo (PDN) 2018-2022, para impulsar la Transición de la Economía Informal a la Economía Formal en el país .

El PDN tenía previsto formalizar quinientas empresas al año, registrar dos mil micro, pequeñas, medianas empresas y cooperativas en la base de datos, en 2022. Sin embargo, llegó a 251 mil 450 operadores formalizados a junio de 2022, a pesar de haber iniciado tarde.

Mientras tanto, el informe final del Censo de Empresas y Establecimientos (REMPE -2019), divulgado por el Instituto Nacional de Estadística, sobre el tejido empresarial angoleño, indica que el sector informal comprende el 67 por ciento del número global de empresas (83.722), de los cuales el 86,9% se ubican en zona urbana y el 13,1% en zona rural.

El mismo estudio apunta que el tejido empresarial está compuesto principalmente por la actividad de comercio al por mayor y al por menor (59 por ciento), con el 49 por ciento de las empresas ubicadas en la provincia de Luanda.

El INE refiere que de las 83.722 empresas que hay en el país, alrededor del 84 por ciento corresponden a microempresas, compuestas por entre uno y seis trabajadores, con más mujeres. Solo el sector informal concentra el 32 por ciento, mientras que el sector formal tiene el 26 por ciento.

Los datos muestran que, a pesar de que el sector informal tiene un tamaño importante de empresas, genera solo el 6 por ciento del empleo total y el sector formal el 94 restante.

Peso de la informalidad

En 2018, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que la población angoleña ocupada en la informalidad representaba un peso del 40 al 60 por ciento del PIB.

Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indicaron que, en el mismo año, la tasa de empleo informal fue del 94,1 por ciento, superior a la de otros bloques regionales, incluidos África Central (91), África del Sur (SADC, con 77), África Subsahariana (89,2) y África en general (85,8).

El informe difiere en un 17,1 % de la SADC, según datos de solo ocho (8) países de la región, incluidos Botsuana (65,6) y Sudáfrica (34).

Al observar el empleo informal en unidades económicas informales, la tasa de Angola (77,1) superó solo a la de la SADC (64,8), siendo inferior a la de otros bloques comparables, incluidos África Central (83,5), África Subsahariana (79,2) y África (76,0).

En el mismo período, Chad tuvo el valor porcentual más alto (92 por ciento), mientras que Sudáfrica tuvo el valor porcentual más bajo entre los países mencionados (21,8 por ciento).

Para un mejor seguimiento, el Gobierno inauguró el Observatorio Económico Informal (OEI), organismo que parece reforzar toda la agenda de formalización económica a la que Angola se dedica en los últimos años.

El Observatorio de la Economía Informal tiene, entre otras funciones, la tarea de proponer medidas que promuevan la reducción de los niveles de informalidad, apoyar mecanismos de seguimiento y evaluación de políticas públicas, señalar proyectos y estudios dedicados a la investigación de la economía informal, para promover la formalización.

El organismo, que cuenta con socios para desarrollar proyectos, con énfasis en la Unión Europea, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Organización Internacional del Trabajo y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, comienza a articular y coordinar con el Ejecutivo en aspectos relacionados con la formalización económica.

Con relación a esta realidad, el Director Ejecutivo de la Sociedad para el Desarrollo de la Zona Económica Especial (ZEE) Luanda/Bengo, Adriano Celso Borja, quien anteriormente ocupó el cargo de coordinador del PREI, dijo que los datos obtenidos por el programa ayudaron a reducir el peso de la informalidad en la economía nacional en un 1,2 por ciento.

“La orientación es que esa reducción suceda de una manera más intensa y expresiva. La intención es que la tasa de informalidad pueda asumir niveles sostenibles de 1 dígito”, reforzó.

La perspectiva del Gobierno para 2023, explicó, es formalizar 400 mil operadores económicos, a través del Programa de Reconversión de la Economía Informal (PREI), iniciativa del Gobierno de Angola realizada por una comisión multisectorial, coordinada por el Ministerio de Economía y Planificación, con apoyo presupuestario de la Unión Europea (UE) y asistencia técnica del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

El proceso de formalización de la economía informal reúne a servicios multisectoriales, a saber, la Dirección Nacional de Identificación, Registro y Notaría, Administración Municipal, Administración General Tributaria (AGT), Empresa Única Guiché (GUE) y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP).

También forma parte del Instituto Nacional de Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (INAPEM), el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) y sociedades de microcrédito.

Según la directora del departamento de ciencias sociales aplicadas del Instituto Superior Politécnico de Tecnologías y Ciencias, Alexandra Ernesto, la economía informal en Angola es un problema grave, porque la distribución de la renta y la mejora de las condiciones sociales pasan por la economía informal. “Tenemos la mayor parte de la fuerza laboral allí”, explicó.

Dinámica de funcionamiento del mercado informal

La economía informal en Angola es bastante dinámica, según un estudio sobre el comportamiento del mercado informal en Luanda, realizado en septiembre de 2022, con énfasis en el abastecimiento de alimentos en las plazas, que abordó 593 vendedores informales, en un conjunto de 748 encuestas validadas.

Realizado por cinco profesores y 14 alumnos (finalistas) del Instituto Superior Politécnico de Tecnologías y Ciencias (ISPTEC), el estudio concluyó que los costos de almacenamiento de productos en el mercado informal influyen en la formulación del precio final de venta.

De acuerdo a lo encontrado, en cada producto que el comerciante transita a una casa intermedia, para vender al día siguiente, hay un costo adicional al precio final.

En cuanto al impacto de la introducción del IVA en el negocio, los encuestados dicen que hubo mayor dificultad en la compra de bienes (24 por ciento), una reducción en el número de clientes (23 por ciento) y el volumen de ventas (16 por ciento).

En cuanto a la política fiscal, las reacciones de los comerciantes son en su mayoría indiferentes a algunas de las medidas tomadas. Al menos el 16 por ciento considera desfavorable la tasa aduanera del 5 por ciento sobre los productos de la canasta básica, mientras que solo el 14 por ciento evalúa positivamente la reducción del IVA sobre estos productos.

En cuanto a la política de formalización, destaca el indicio de que existe escasez de información sobre el PREI, sus objetivos y efectos.

Alrededor del 56 por ciento dijo que no tenía información sobre el PREI, el 14 por ciento no tenía interés en formalizar el trato, ya que afirmó que hay más ventajas en la informalidad. Otro 7 por ciento no cree en el PREI y un 6 por ciento dice que hay demasiada burocracia para formalizar.

Según Alexandre Ernesto, para revertir esta situación, el Gobierno “ha hecho algo, en tiempo récord, ya que logró tener una cantidad considerable de trabajadores informales formalizados”.

A su juicio, es necesario saber qué se está haciendo con estos formalizados para garantizar que puedan moverse de manera efectiva y sostenida, ya que es mucho más importante monitorear el negocio para generar estadísticas y entender cómo funcionan los distintos La dinámica de las políticas económicas influye en el éxito de los agentes informales.

Para Alexandre Ernesto, el mercado informal en Angola es mantenido y sostenido por actividades formales, porque casi todas las empresas del sector de alimentos tienen alguna relación directa con el sector informal. “(…) Más que entender quién es el comerciante informal, hay que entender cómo se constituye la cadena logística del mercado informal”, dijo.

El docente destaca que la dinámica de funcionamiento del mercado informal permite comprender cómo ese funcionamiento influye en el precio final y la inflación.

Indicó que la actividad informal es, naturalmente, de subsistencia. “Lo que el vendedor vende hoy, no necesariamente lo estará vendiendo al día siguiente, porque la persona quiere sobrevivir. Es una actividad muy dinámica, muy sensible a los movimientos del mercado”.

Por su turno, el profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Agostinho Neto (UAN), Mário Munto Ndala, dice que la reestructuración de la economía informal en Angola es crucial para garantizar el desarrollo sostenible del país.

A modo de ejemplo, el profesor, que aborda el tema en un artículo de opinión difundido por la ANGOP, menciona que la regulación de la economía informal puede conducir a una mejor recaudación de impuestos y otros recursos fiscales, aumentando la capacidad del Gobierno para invertir en infraestructura, estructuras y otros sectores

Además, continuó, la reestructuración de la economía informal puede ayudar a crear empleos formales y aumentar la competitividad de las empresas, lo que puede conducir a un crecimiento económico más sostenible.

Mário Munto Ndala destaca que la reestructuración de la economía informal en Angola no puede hacerse de manera abrupta o sin considerar las necesidades de los trabajadores informales y las condiciones económicas del país. “Es necesario encontrar un equilibrio entre la protección de los derechos de los trabajadores y el fomento del crecimiento económico”.

Escasez de clientes en los mercados.

En términos puramente comerciales, se puede decir que las ventas en el mercado informal de Angola generalmente se realizan a través de un triángulo entre productor/importador, revendedor (formal o informal) y comprador.

El funcionamiento normal de los mercados formales e informales, por regla general, depende de la dinámica en aspectos tales como dónde comprar un determinado producto y la capacidad de adquirirlos. La mayoría de estos productos provienen del sector formal al informal.

Según Josefina Panzo, comerciante vinculada al mercado informal desde la década de 1980, cuando inició su actividad, el extinto gran mercado informal al aire libre, Roque Santeiro, en el Distrito Urbano de Sambizanga, en el municipio de Luanda, ni siquiera existía.

“Hoy las ventas no son muy buenas, porque la gente viene de casa, desde la madrugada, trabaja y se va sin vender nada. Los clientes no entran en los mercados. Gasto mil kwanzas en un taxi al día para salir de Panguila al mercado de São Paulo, pero no encuentro cliente”, lamentó.

En el pasado, continuó, “podías comprar casas, entrenar a tus hijos, pero ahora ni siquiera puedes conseguir un boleto para volver a casa. Esto empezó desde la aparición del Covid-19”.

Consultada sobre si pretende formalizar su negocio, para apalancarlo a través del crédito bancario, dentro de los programas existentes, dijo que teme recibir préstamos.

La comerciante Isabel Gonga, que vende alimentos dentro del mercado de São Paulo, reveló que inició su actividad vendiendo pastas en la zunga, habiendo ingresado luego al mercado con la implementación de una cocina que funciona desde 2012.

“Digo que es una bendición, porque ya no aguanté más la carrera. Hoy se ha reducido la venta de alimentos dentro del mercado, porque mucha gente vende alrededor del mercado”, resaltó.

Hizo un llamado al Gobierno para crear políticas sancionadoras con el fin de frenar la venta ambulante, en momentos en que hay muchos mercados con espacios vacíos. “Vender en el mercado requiere paciencia, que te permita mantener a tus hijos, aunque las ventas ya no sean lo que eran. Se vende más a fin de mes, porque hay más dinero en circulación”, dijo.

Reforzó que el Gobierno podría multar a las personas que compran en la calle, para evitar la propagación y permanencia de las personas que venden en las calles. “Tengo el negocio formalizado, pero todavía no he conseguido un préstamo para poder crecer mucho más”, desahogó.

Por su parte, Domingas Vicente, quien comenzó a vender en 2010, aseguró que su inserción en el mercado se da luego de un tiempo vendiendo en la calle.

“Había una campaña para sacar a la gente de la calle, salí y vine a la plaza. El secreto es tener paciencia. Hoy la persona no vendió, mañana venderá y luego vamos a adquirir a nuestros clientes. El mercado es más conservados”, aseveró.