Luanda - El director general del Instituto de Promoción Turística (INFOTUR), Afonso Vita, destacó hoy, en Luanda, el atraque, este lunes, en Luanda, del barco Norwagian Dawn, con cerca de 2.112 excursionistas, en su mayoría estadounidenses.
En declaraciones a la ANGOP, durante el atraque del crucero, indicó que la presencia de excursionistas implica la entrada de dinero en el país.
“El paso del excursionista trae beneficios al país, siendo el primer beneficio el atraque del barco, porque cualquier barco que atraque aquí tiene costos. Las agencias de viajes están sacando a los excursionistas del puerto, donde comprarán nuestras artesanías, que son ingresos para el país”, dijo.
Afonso Vita explicó que, durante la estancia de los excursionistas, el sector turístico está mostrando la fuerza viva del patrimonio cultural angoleño, con énfasis en la Feria de Artesanía, que resalta la identidad cultural.
El director general de la empresa turística Travelgest, José Cabral, entiende que el acto representa el éxito de “tener un barco más y que el país siga sumando puntos en materia de promoción del turismo nacional”.
Reflexionó que el recorrido implica la visita a varios puntos, con énfasis en la Iglesia de Nazaré, Palacio de Hierro, Iglesia de los Remedios, Museo de Antropología, Fortaleza y Mausoleo.
La turista María Helena Alves dice que vive en Estados Unidos y es la primera vez que visita Angola, a pesar de estar cerca del país, ya que es de nacionalidad portuguesa.
“Los estadounidenses no conocen Angola, nosotros los portugueses sí, porque teníamos mucha gente aquí. Espero ver los edificios y todos los desarrollos que Angola ha visto, que antes no existían. Quiero ver la Bahía de Luanda, la fortaleza y comer pastéis de natas”, subrayó.
El turista portugués Armando Alves, que ya estuvo en Angola, expresa su alegría al regresar, tras abandonar el país en 1969.
"Todo es diferente. Dejé muchos amigos, pero intentaré hacer nuevos amigos. Escuché que la vida en Angola es muy cara. Angola es hermosa, maravillosa”, dijo.
El barco, procedente de Sudáfrica, pasó por Namibia y, tras Angola, se dirigió a Santo Tomé, con rumbo norte, con destino a Barcelona (España).
Los turistas son de diferentes nacionalidades, en su mayoría estadounidenses, seguidos de chinos, ingleses y australianos.
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