Huambo – La ciudad de Huambo acoge, el 21 del corriente mes, el foro de oportunidades e inversión a lo largo del Corredor de Lobito.
Se trata de una iniciativa de la Agencia Angoleña de Promoción de Inversiones Privadas y Exportaciones (AIPEX), en colaboración con el Gobierno de la provincia de Huambo y los ministerios de Transporte, Industria y Comercio, Agricultura y Silvicultura y Obras Públicas, Planificación Urbana y Vivienda.
El evento tiene como objetivo presentar el potencial económico de la región, atraer inversión privada y fomentar el crecimiento sostenible a lo largo del Corredor Lobito.
El foro reflexionará sobre el potencial agrícola e industrial de la provincia de Huambo que puede impulsar la diversificación de la economía angoleña. Durante la actividad se abordarán temas como “Oportunidades sectoriales a lo largo del Corredor Lobito” y “Facilidad y Financiamiento”.
Corredor Lobito
El Corredor Lobito, con una longitud aproximada de mil 344 kilómetros, conecta la costa atlántica de Lobito con la ciudad fronteriza de Luau, en el este del país, atravesando cinco provincias: Benguela, Huambo, Bié, Moxico y Moxico-Leste.
Con sus fronteras nacionales e internacionales, el corredor tiene un impacto estructural en toda la Comunidad de Desarrollo del África Meridional (SADC) y es uno de los principales ejes para la circulación de mercancías.
El Corredor Lobito, una ruta estratégica para impulsar el potencial de diversificación económica nacional, conecta al 40 por ciento de la población del país, impulsando inversiones a gran escala en agricultura y comercio.
Las cinco provincias que atraviesa el Corredor Lobito desempeñan un papel fundamental en el desarrollo agrícola, con cadenas de valores en cereales como maíz, soja, trigo y arroz, además de tubérculos, frijoles, hortalizas y frutas.
El corredor es conocido internacionalmente como la ruta de los dos océanos, ya que conecta por tierra el océano Atlántico y el océano Índico.
Por tanto, es la principal ruta alternativa a los mercados de exportación de países como la República Democrática del Congo y Zambia, ya que ofrece una ruta más corta hacia las principales regiones mineras de los dos países ribereños del Océano Índico. ALH/EP