Luanda - El Banco Nacional de Angola (BNA) prevé, al final de 2023, una tasa de inflación de entre 9 y 11%, acercándose a la tasa recomendada en la Región de la SADC.
Incluso con esta previsión, el gobernador del BNA, José de Lima Massano, la considera aún demasiado alta.
La meta de inflación para los países de la SADC es del 4 al 6%, valores que no se observarán hasta finales de 2023, en Angola.
Actualmente, la tasa de interés básica del BNA ha aumentado de 19,5% a 18%, aún por encima de la tasa de inflación, que actualmente se encuentra en 13,8%.
En rueda de prensa posterior a la reunión del Comité de Política Monetaria (CPM), Lima Massano defendió la necesidad de trabajar más para reducir la inflación, ejercicio que, a su juicio, no debe ser tomado desde el punto de vista del "estrangulamiento" de la economía
“Si la situación actual no cambia, tenemos las condiciones para continuar por este camino”, dijo José Massano.
Para el responsable, si se mantiene el ritmo de la economía, si los factores externos no afectan al principal producto de exportación del país, el petróleo, si se mantiene la estabilidad en el mercado de divisas y la oferta continúa de bienes de primera necesidad, ya sean de producción nacional o importada, existen condiciones para tomar el camino de la reducción de la inflación.
“Esa también es nuestra expectativa. Lo que tenemos en términos de proyecciones también es lo que nos dice”, adelantó, admitiendo que, para llegar allí, el Comité de Política Monetaria tendrá que seguir manteniendo la política restrictiva.
Para el crecimiento económico en 2023, el BNA pronostica que la economía nacional seguirá su trayectoria ascendente, creciendo a una tasa en torno al 3,3%.
En 2022 la inflación tuvo una variación de 13,8%, con una fuerte caída de la economía al 27,03% registrado en 2021.
En ese período, 2022, hubo menor variación de precios en la economía, con una fuerte caída en los precios de algunos productos.
El comportamiento de la inflación estuvo influenciado por la política monetaria en curso, la apreciación de la moneda nacional frente a las extranjeras, así como el incremento y regularidad de la oferta de bienes de consumo amplio, con énfasis en los bienes alimentarios.