Luanda - En momentos en que el mundo celebra un nuevo Día Mundial del Urbanismo, el 8 de Noviembre, la búsqueda de una vivienda digna sigue “quitando el sueño” a miles de angoleños, principalmente jóvenes y ciudadanos que viven en casas de alquiler y en áreas de riesgo.
Por Quinito Bumba
Ante este escenario, presionado por la gran demanda de vivienda, el Gobierno continúa invirtiendo en la construcción y terminación de proyectos habitacionales para acomodar adecuadamente a las poblaciones necesitadas.
De los proyectos rehabilitados y en proceso de recuperación, en Luanda, se destacan algunos edificios de Vida Pacífica (Zango Zero - Viana), Kalawenda (Cazenga), Marconi (Sambizanga) y KK-5.800 (Kilamba), este último con vandalismo acentuado de las infraestructuras.
Adicionalmente, el Gobierno también ha invertido en la construcción de viviendas de interés social (Mayé-Mayé) para reubicar a algunos ciudadanos de zonas de riesgo y de bajo poder económico, además de entregar viviendas a candidatos ya seleccionados en concursos anteriores.
En concreto, de 2019 a 2022, en Luanda, no hubo nueva construcción desde cero con fondos públicos, hecho que aumenta cada vez más la demanda de viviendas en la provincia más poblada de Angola, con aproximadamente 10 millones de habitantes.
Entre los ciudadanos que buscan vivir de manera digna y confortable, se destaca el joven Matoso Neto, quien expresa el deseo de realizar el sueño de una casa propia en una de las urbanizaciones construidas por el Estado.
En declaraciones a la Angop, el joven, que aún vive en casa de sus padres, en el barrio Nova Urbanização, en el municipio de Cacuaco, quiere tener su primera residencia en áreas urbanizadas, ya que ofrecen mejor calidad de vida y seguridad para las personas.
La ciudadana Graça Diavovel también espera una vivienda digna, que vive en una casa de herencia en el Distrito Urbano de Sambizanga.
Al igual que el funcionario, el mototaxista Agostinho Kayeque defiende la necesidad de invertir más en la construcción de viviendas para personas de bajos ingresos, como los taxistas y los “zungueiras” (vendedoras ambulantes).
“Siempre quise tener una casa propia en una zona urbana, pero no he tenido la oportunidad de hacer realidad este sueño”, dijo el moto taxista, que vive en el Distrito Urbano de Estalagem, en el municipio de Viana.
En la misma situación se encuentra la ciudadana Rosa Filipe, quien vive en la casa de renta desde hace cinco años, en el barrio “Bananeira”, en el municipio de Cazenga.
Según la ciudadana, su marido ya solicitó una vez la compra de una casa, en una de las centralidades de Luanda, pero sin éxito.
El Día Mundial del Urbanismo, establecido en 1934 en Buenos Aires, capital de Argentina, fue adoptado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1949, siendo celebrado anualmente el 8 de noviembre por más de 30 países, entre ellos Angola.
En concreto, la fecha sirve, en esencia, para alertar a los gobiernos a reflexionar sobre la necesidad de construir un urbanismo científico, como defiende el artífice de este evento, el argentino Carlos Maria Della Paolera.
Según el primer graduado sudamericano en urbanismo, en el Instituto de Urbanismo de la Universidad de París (Francia), “la planificación urbana debe ser tratada como una ciencia, para hacer que las áreas urbanas sean más eficientes para sus ciudadanos”.
Es con este espíritu que los gobiernos de más de 30 países miembros de las Naciones Unidas se sumaron a la iniciativa de Carlos Paolera, comprometiéndose a crear condiciones dignas para que los ciudadanos gocen del derecho a la vivienda y tengan acceso a las ciudades de forma libre y digna.
Autoconstrucción “reaviva” el sueño de tener una vivienda propia
Debido a la presión existente en la búsqueda de viviendas dignas, el proceso de otorgamiento de terrenos a los ciudadanos para la autoconstrucción parece ser uno de los modelos más efectivos y rápidos para revivir las expectativas de las personas que sueñan con una vivienda propia.
La prueba más reciente y evidente de esta realidad es el proyecto “Mizangala”, ubicado en las inmediaciones de Centralidad de Zango 5, municipio de Viana, donde ya se han subdividido cerca de mil y 200 lotes de 15/20 metros para cada beneficiario.
Ejecutado en un área de unas 17 hectáreas, el proyecto está dirigido fundamentalmente a los jóvenes, que se han beneficiado de más de 700 derechos de superficie, en una iniciativa de la Administración Municipal de Viana.
Casi seis meses después del inicio de las obras, ya es visible la autoconstrucción de al menos mil viviendas T3 en ese proyecto, que prevé incluir espacios para equipamientos sociales (escuela, centro médico, entre otros).
A pesar de las voces discrepantes sobre la forma en que se llevó a cabo el proceso de adjudicación de tierras en Mizangala, que también habían sido ocupadas por invasores no identificados, este proyecto es una clara demostración de cómo se debe reducir el déficit habitacional en el país.
Uno de los jóvenes beneficiarios de una parcela en este proyecto es el ciudadano Nito Jacinto, quien aplaude la iniciativa y llama a replicar este modelo a otras localidades del país.
Debido a la efectividad de este modelo, el Ejecutivo angoleño prevé, en el quinquenio 2022/2027, desarrollar e implementar un programa de apoyo a la autoconstrucción focalizada, como el medio más adecuado para resolver los problemas de vivienda en Angola.
Según el Presidente de la República, João Lourenço, en su Mensaje a la Nación, entregado el 15 de octubre de 2022 a la Asamblea Nacional, el método de autoconstrucción también atraerá al sector privado para invertir en bienes inmuebles de mediano/alto nivel del sector inmobiliario, para arrendamiento y comercialización.
Paralelamente a este modelo, el Gobierno prevé proceder con la construcción de nuevas centralidades y la finalización de proyectos en curso, incluida la construcción de viviendas asequibles para familias vulnerables.
Entre los proyectos en marcha en el país destacan las obras en las centralidades de Bengo (1.000 viviendas), Cabinda (3.000), Cazengo - Cuanza Norte (212), Tucuve, Cuando Cubango (212), Ekuma, Cunene (1.000), Bailundo, Huambo (3.000), Saurimo, Lunda Sur (212) y Carreira de Tiro, Malanje (212).
Las obras también incluyen la construcción de tres mil viviendas sociales y 500 apartamentos en Cabinda.
Además, los luandeses, en particular, tendrán la oportunidad de pujar por las 1.400 viviendas T3 (viviendas unifamiliares y apartamentos) del proyecto KK-5800 (Kilamba), que estarán disponibles en la primera fase, en esta urbanización.
Diseñada para albergar 5.800 viviendas y 34.800 habitantes, esta urbanización había sido objeto de vandalismo, con destrucción de techos, puertas, ventanas, sanitarios y equipos eléctricos.
Para la recuperación de las respectivas casas, el Estado firmó un contrato con una empresa privada, que está rehabilitando las respectivas casas, para ser comercializadas a través del crédito habitacional del Banco Nacional de Angola (BNA), constató la Angop.
El KK-5800 forma parte de la lista de decomisos de bienes del Estado, que incautó este proyecto en febrero de 2020, a través del Servicio Nacional de Recuperación de Activos, adscrito a la Procuraduría General de la República (PGR).
En ese momento, 31 bases para la construcción de edificios y 194 para viviendas, un astillero y algunos terrenos colindantes, en un área de 266 hectáreas, también formaban parte de la lista de ejecuciones hipotecarias.
También en Luanda, se espera la construcción de nuevas viviendas en las urbanizaciones de Marconi (Sambizanga) y Kalawenda (Cazenga), donde existen espacios de infraestructura para la construcción de viviendas, según el director general del Instituto Nacional de Vivienda (INH), António da Silva Neto.
Resultado del Programa Nacional de Urbanismo y Vivienda
Como consecuencia del déficit habitacional, el Gobierno creó, en 2009, el Programa Nacional de Urbanismo y Vivienda (PNUH), con miras a realizar el sueño de la vivienda propia de miles de angoleños.
Desde la fecha de implementación del PNUH hasta noviembre de 2021, este programa permitió la construcción de 23 centralidades (88.924 viviendas de diferentes tipos), en casi todo el país, en un universo de 33 centralidades (19.746 viviendas) previstas.
La construcción de estas centralidades permitió albergar al menos a 120.000 familias, según datos del Ministerio de Obras Públicas, Urbanismo y Vivienda, que también contabiliza el surgimiento de 20 urbanizaciones, proyectos con menos de mil viviendas.
En términos financieros, el Estado angoleño invirtió alrededor de USD 14 mil millones para la realización de las 23 centralidades, mientras que las 20 urbanizaciones “consumieron” cerca de US$ 3 mil millones.
Además de la construcción de centralidades y urbanizaciones, el PNUH contempla el subprograma de autoconstrucción dirigida, con miras a la construcción de 685.000 viviendas en esta zona.
Del total de lotes programados, hasta noviembre de 2021, al menos 130 mil familias se beneficiaron de terrenos para autoconstrucción, en todo el país.
Otro segmento que cubre el PNUH es el subprograma para la construcción de 200 viviendas para cada municipio del país.
Este proyecto cubrió cerca de 130 de los 164 municipios, lo que representó un alto nivel de cumplimiento del subprograma, con algunos municipios continuando con el proyecto.
Sin embargo, debido a las dificultades financieras que atraviesa el país, muchas viviendas de este proyecto aún no están terminadas, pero el desafío del Gobierno es completarlas todas, según el Departamento Ministerial responsable.
Siguiendo el PNUH, en los últimos cinco años (2017-2022), fueron completadas 14 centralidades, que permitieron la provisión de 39 mil 51 viviendas, construidas en las provincias de Luanda, Benguela, Bie, Cuanza Sur, Huambo, Huila, Namibe, Moxico y Uije.
En el mismo período, también hubo la construcción de cuatro urbanizaciones, que resultaron en el surgimiento de 2,98 viviendas, en las provincias de Luanda, Bie, Malanje y Moxico.
También se evidenció la disponibilidad de 895 lotes infraestructurales, en reservas territoriales, así como la venta de 32,073 inmuebles del Estado.
En suma, el conjunto habitacional actual del país está compuesto esencialmente por centralidades estatales y casas sociales destinadas al realojamiento de ciudadanos que viven en áreas de riesgo, además de condominios construidos por más de 200 empresas inmobiliarias privadas que actúan en Angola.
Del total de proyectos habitacionales, la capital angoleña lidera el número de urbanizaciones construidas con fondos del Estado y por el sector privado, en los últimos años.
En cuanto a los proyectos construidos con fondos públicos, Luanda cuenta con ocho urbanizaciones, a saber, Kilamba, la primera y mayor centralidad del país, Sequele, Zango Zero, Marconi, Km-44, Zango 5, Kalawenda, KK-5800.
Crédito a la vivienda aprueba 47 procesos en cinco meses
Tras la resolución del problema de la vivienda en el país, el Banco Nacional de Angola (BNA) se sumó a las acciones del Gobierno y de las empresas inmobiliarias, proporcionando 58 mil millones de kwanzas para que los bancos comerciales otorguen créditos, con tasas de interés subsidiadas, a los ciudadanos que pretendan para comprar o construir su propia casa.
El préstamo de vivienda, cuyo monto proviene de las reservas obligatorias de los bancos comerciales, “estacionado en el BNA”, rige desde junio de 2022 y cubre también a constructoras y personas físicas.
Cinco meses después de la implementación de esta medida, los bancos comerciales recibieron solo 111 solicitudes y solo 47 procesos fueron aprobados, según datos recientemente puestos a disposición por una fuente del BNA a Novo Jornal.
Según el Banco Central, la aprobación de los 47 procesos, que representan menos del 50% de los presentados a la banca comercial, permitió poner a disposición 3.100 millones de kwanzas, lo que corresponde a solo el 5% del monto total previsto para el crédito. al sector inmobiliario.
En concreto, la banca comercial “falló” en 15 solicitudes de créditos para vivienda, 44 están en análisis y 47 lograron obtener “luz verde”.
Según el BNA, los solicitantes de créditos de vivienda presentan un conjunto de inconsistencias en los documentos requeridos.
Contrariamente al BNA, la Asociación de Profesionales Inmobiliarios de Angola (APIMA) justifica la escasa adherencia al crédito por la falta de preparación de los agentes bancarios en el proceso.
Por otro lado, las inmobiliarias consideran “muy estrictos” los requisitos que imponen los bancos comerciales elegibles para el otorgamiento de crédito habitacional, particularmente para las constructoras inmobiliarias.
APIMA justifica esta posición en el hecho de que varios de los promotores “no tienen regularizada su situación fiscal”, debido a la crisis financiera mundial y a la casi “inercia” que ha vivido el sector en los últimos años, dejando a las empresas sin capacidad financiera para hazlo
Además de los requisitos antes señalados, la Circular 9/22, del BNA, de 6 de abril, determina la aplicación de una tasa de interés subsidiada del 7% anual, en los primeros 10 años de vigencia del préstamo.
El plazo máximo del crédito a otorgar es de 25 años, debiendo además la banca comercial asegurarse de que en la reestructuración de un crédito, el plazo total no supere los 30 años.
Los montos máximos que pueden financiarse están determinados por la capacidad financiera de los prestatarios y garantes, pero están sujetos a límites absolutos de 100 millones de kwanzas, cuando hay dos prestatarios o un prestatario con un garante, y 50 millones de kwanzas, cuando solo hay un prestatario.
Hasta abril de 2022, el BNA contaba con solo seis mil 200 créditos de vivienda, a nivel nacional, en un universo de más de 33 millones de habitantes.
De estos casos, la mitad corresponden a créditos otorgados a trabajadores bancarios, mientras que otra parte se refiere a empleados de empresas que tienen convenios con la banca comercial.