Lubango - Especialistas angoleños y brasileños, vinculados al sector agrícola, defienden la masificación del uso del calcario dolomítico para corregir los suelos y aumentar la productividad, con el fin de garantizar la seguridad alimentaria.
Los expertos hablaban en el marco del curso “Construcción de perfil de suelo, fertilidad y nutrición de las plantas“, promovido por la Universidad Mandume Ya Ndemufayo, la Universidad de Federal de Lavras (UFLA) de Brasil y sus socios.
Para el especialista en fertilidad del suelo y nutrición de las plantas, Silvano Moreira, el calcírio es el primer paso para construir la fertilidad del suelo, enriquecer las tierras pobres y garantizar una mayor productividad por hectárea, que puede aumentar de 500 a tres toneladas.
Declaró que el calcírio tiene la función de proporcionar calcio y magnesio a las plantas, pero también de neutralizar la acidez de los suelos y el aluminio, uno de los principales obstáculos para el crecimiento de las plantas, que es común en los suelos locales.
El empresario Juan Saraiva, vinculado a la reproducción de semillas, consideró que es necesario el conocimiento y la tecnología para tener suelos productivos y que la ventaja de transformarlos, sin gastar mucho, está en el uso del calcario.
Angola según el empresario, está aplicando la experiencia de Brasil, que hace 30 años dejó de ser un país que dependía de la alimentación externa y se volvió autosuficiente gracias al uso de este procedimiento.
“Nosotros necesitamos salir de este ciclo de pobreza y transformar el perfil demográfico que tenemos, uno de los más jóvenes del mundo, y transformar toda esa fuerza y usar los recursos que tenemos para dejar de ser un país dependiente y pasar a ser exportador, como Brasil. Y debemos hacerlo en menos tiempo posible, trabajando con la tecnología existente en el país“, dijo
Para el investigador Dibanzilua Nginamau, especialista en mejora de maíz del Instituto de Investigación Agronómica (IIA), la fertilidad del suelo es un proceso que puede tardar, y añade que Angola ya ha comenzado a dar ese salto, por lo que se apuesta por la obtención de conocimiento.
Edna Eyanga, técnica de la empresa Calcários da Huíla, afirmó que la producción actual se sitúa en 200 toneladas de carbonato cálcico por día, pero admitió que es necesario aumentarla para responder a la demanda de los productores.
Por su parte, el profesor de agronomía, Hermenegildo Sawambo, subrayó que Angola se encuentra aún en un contexto de agricultura 1.0, mientras que los países más avanzados ya se encuentran en la 5.0, por lo que es fundamental que los especialistas y técnicos angolanos absorban nuevas técnicas de producción, gestión y sostenibilidad para desarrollar la agricultura local.
En esta misma línea, el ingeniero agrónomo brasileño Rodrigo Botelho afirmó que en Angola hay áreas disponibles, buenos suelos, disponibilidad de agua y, con una inversión adecuada, puede ser la próxima «frontera» agrícola del mundo, con producción suficiente para generar ingresos locales y excedentes para exportar.
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