Luanda - El 25 de Mayo de 1963, 32 Estados africanos se reunieron en Addis Abeba, Etiopía, para crear la Organización de la Unidad Africana (OUA), una institución intergubernamental, disuelta el 9 de Julio de 2002 en Durban (Sudáfrica) para dar paso a la Unión Africana (UA), luego de cumplir, con nobleza, uno de los supuestos de su creación, la erradicación del fenómeno colonialista del continente.
Por: João Gomes Gonçalves/Periodista de la ANGOP
El acto se produce tras la negociación de puntos de vista divergentes sobre África, a saber, el grupo de Casablanca, encabezado por el entonces presidente Kwamé Nkrumah, de Ghana, y el de Monrovia, encabezado por su presidente contemporáneo de Senegal, Léopold Sédar Senghor.
El grupo de Casablanca abogó por la creación urgente de los Estados Unidos de África, mientras que el de Monrovia se pronunció a favor de institucionalizar una organización interestatal, con estados soberanos, manteniendo el formato de las fronteras heredadas del colonialismo.
Durante las negociaciones que tuvieron lugar del 22 al 25 de Mayo de ese año, prevaleció la posición del grupo de Monrovia, haciendo de la OUA un instrumento de cooperación, más que de integración, entre Estados.
Esto sólo fue posible después de un persuasivo discurso pronunciado por el presidente de Argelia, Ben Bella, que acababa de arrancar la independencia de su país el 3 de Julio de 1962, tras una sangrienta guerra con Francia, que duró siete años, para convencer a sus colegas que tenían dos puntos de vista opuestos.
La carta de la OUA fue redactada por los entonces presidentes de Malí, Modibo Keita y Togo, Sylvanus Olympio, habiendo sido ratificada por 30 países, en ausencia del Jefe de Estado de Togo, que acababa de ser derrocado y asesinado, poco después de la reunión, por elementos pro-franceses, a saber, Gnassingbé Eyadéma (jefe de gabinete) y Nicolas Grunitzky (que se convertiría en el nuevo presidente). Estos acontecimientos llevaron al presidente de Tanzania, Julius Nyerere, a pedir el no reconocimiento del nuevo régimen de Togo.
En esa reunión, Nkrumah propuso Bangui (RCA) para la capital africana, ya que está en el corazón del continente. A la idea de Nkruma, Nyerere respondió sugiriendo Addis Abeba, argumentando que esto sería ideal, ya que Etiopía nunca fue colonizada, lo que fue aceptado por consenso, convirtiendo al emperador Hailé Sélassié en el primer presidente rotatorio de la nueva organización continental.
Los principales objetivos de la OUA fueron erradicar los vestigios del colonialismo y el régimen de apartheid en África (artículo II), promover la unidad y la solidaridad entre los estados africanos, coordinar e intensificar la cooperación para el desarrollo, salvaguardando la soberanía e integridad territorial de los Estados miembros y promoviendo la cooperación internacional. En el mismo año, la OUA creó, en Dar-Es-Salam, Tanzania, el Comité de Liberación de la OUA, que vendría a apoyar la lucha contra el colonialismo, la supremacía de la minoría blanca en
Namibia, Sudáfrica y Zimbabue.
La OUA comenzó a utilizar la ONU como plataforma para defender la causa de los pueblos de esos países, ayudándolos política y materialmente, a través de movimientos independentistas como el ANC, la SWAPO y el Frente Patriótico (ZAPU-ZANU).
A principios de la década de 1990, los países africanos restantes se independizaron, con la excepción del Sáhara Occidental, que todavía está ocupado por Marruecos, uno de los miembros fundadores de la OUA.
Por los conflictos que comenzaron a surgir, con demandas mutuas en las fronteras heredadas del colonialismo, como fue el caso popular que opuso Benin a Níger, en la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA, celebrada en El Cairo, el 21 de Julio de 1964, la cuestión de la intangibilidad de las fronteras dejadas por el colonialismo fue introducida en la carta de la Organización, siguiendo una propuesta de Julius Nyerere.
Cabe destacar, además, que uno de los conflictos fronterizos, que también amenazó la estabilidad de África, fue el que enfrentaba a Libia con Chad, en relación con la Banda de Aouzou, en la región norte de este último.
Reclamado por Libia, desde 1973, fue devuelto a Chad en 1994.
Cabe señalar que, en varias ocasiones, los estados africanos divergieron en temas de interés para el continente, influenciados por el contexto de la guerra fría que imperaba desde 1949, entre Estados Unidos y la ex Unión Soviética, provocando una cierta inmovilización (bloqueo ) de la OUA, a la hora de tomar decisiones en los distintos ámbitos.
En cuanto a la integración económica, fuentes de Wikipedia sugieren que la OUA debería equiparse, dentro de 30 años, con un mercado africano común, un Parlamento y un Banco Central.
Según el sitio web de la UA, el Plan de Acción de Lagos, adoptado en la Cumbre de Abril de 1980, recomendó agrupaciones regionales para impulsar el desarrollo económico y la autosuficiencia alimentaria de África, pero fue en vano.
En Junio de 1991, el Plan de Acción de Lagos fue reemplazado por el Tratado de Abuja, que instituyó un Fondo Monetario Africano.
Como indica Wikipedia, en términos de integración económica, el objetivo se caracterizó por la excesiva ambición de los proyectos, teniendo en cuenta la debilidad de los medios disponibles, lo que llevó a su fracaso.
En cuanto a la promoción de los derechos humanos y la democracia, el mismo sitio web escribe que la OUA adoptó, en 1981, una “Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos”, ya ratificada por casi todos los Estados.
Sin embargo, su mecanismo de control seguía siendo muy limitado, ya que la comisión encargada de su funcionamiento solo elaboraba informes, muchas veces confidenciales, dirigidos a las conferencias de Jefes de Estado y de Gobierno, que tenían la última palabra.
Además, la OUA fue sacudida por varios golpes de estado, llevados a cabo con o sin la influencia de las antiguas potencias coloniales.
Las víctimas de tales golpes fueron 17 Presidentes fundadores de la institución, a saber, Sylvano Olimpio, de Togo (1963), Kwamé Nkrumah, de Ghana (1966), Ahmed Bem Bella, Argelia, (1965), Nnamdi Azikwe, Nigeria (1966), Joseph Kasavubu, República Democrática del Congo (1965), Modibo Keita, Malí (1968) y Maurice Yameogo, Malí (1966).
La lista incluye a David Dacko, RCA (1966), Hamani Diri, Níger (1974), Edward Muteesa, Uganda (1966), Aden Abdullah Osman Daar, Somalia (1969), Hailé Selassié, Etiopía (1974), Habib Burguiba, Túnez ( 1987), el rey Mwambutsha IV,
Burundi (1966), Gregoire Kaybanda, Ruanda (1973) y Fulbert Youlou, Congo-Brazzaville (1963).
De la Organización de la Unidad Africana a la Unión Africana
El 9 de Septiembre de 1999, en Syrte (Libia), los Jefes de Estado y de Gobierno de la OUA firmaron la “Declaración de Syrte”, en la que pedían la creación de una Unión Africana, destinada a acelerar el proceso de integración continental, que permitiría al continente desempeñar su papel legítimo en la economía mundial y, al mismo tiempo, enfrentarse a problemas sociales, económicos y políticos cada vez más complejos, aspectos negativos de la globalización.
En 2000, mientras se preparaba la transición de la OUA a la UA, se lanzó la Nueva Asociación Económica para el Desarrollo de África (NEPAD), una fusión de otros dos planes propuestos para el continente, a saber, el Plan Omega y el Plan del Milenio Africano (PAM).
El propósito de su creación fue cubrir el inmenso atraso de África en términos de desarrollo en el escenario internacional.
La NEPAD estaba presidida por el Comité Directivo, integrado por los cinco Jefes de Estado y de Gobierno fundadores (HSGOC), a saber, Sudáfrica, Argelia, Egipto, Nigeria y Senegal, más un miembro elegido por rotación entre 15 países de las cinco regiones de la Unión Africana.
La UA se inauguró oficialmente el 9 de Julio de 2002 en Durban, Sudáfrica, de conformidad con las recomendaciones de la Cumbre de Jefes de Estado organizada en Lomé (Togo) el 11 de Julio de 2001.
En ese momento, Antoine Glaser, periodista y especialista en asuntos africanos, escribió: "Me temo que en el ámbito internacional, la Unión Africana se utilizará para servir los intereses de las grandes potencias".
Consejo de Paz y Seguridad: ¿qué resultados?
Un año después del lanzamiento de la UA, el 10 de Julio de 2003, con motivo de la Segunda Cumbre, en Maputo (Mozambique), se instalaron algunas instituciones, entre ellas la Comisión del Parlamento Africano de la Unión Africana, el Parlamento Panafricano y el Consejo de Paz y seguridad (CPS).
El PSC es el órgano de toma de decisiones permanente de la UA para la prevención, gestión y resolución de conflictos, un sistema común de seguridad y alerta temprana que permite una reacción rápida y eficaz de las instituciones de conflictos y crisis en África, así como el pilar central de África. Arquitectura de Paz y Seguridad (APSA).
Es un marco para la promoción de la paz, la seguridad y la estabilidad en África, cuyo protocolo de creación fue adoptado el mismo día en que se lanzó la UA, entró en vigor en Diciembre de 2003 y entró en funcionamiento en el principios de 2004.
Paradójicamente, la dinámica belicista siguió desestabilizando gran parte de África.
El mapa de conflictos y el foco de tensiones se han incrementado, los focos del fundamentalismo islámico radical se han multiplicado y la violencia política continúa extendiéndose, relegando a casi nulos los esfuerzos del Consejo de Paz y Seguridad de la institución intergubernamental africana.
A partir de 2011, año de la muerte del líder libio Mouhammar Gaddafi, en una operación de la OTAN encomendada por Naciones Unidas, países como Túnez, Argelia, Egipto, Libia, Mali, Nigeria, Camerún, Chad, Níger, Somalia y Kenia fueron víctimas de hechos terroristas.
El este de la República Democrática del Congo (RDC) y el norte de Mozambique han sido blanco de constantes ataques de grupos radicales, que han declarado lealtad a Al Shabab y al Estado Islámico (EI). Todo esto prueba que la cuna del continente se está convirtiendo en un plato giratorio del terrorismo transnacional, alentado por el salafismo wahabita en busca de talla internacional.
La proliferación de extremismos que ignoran y desprecian las fronteras representa un desafío para la Unión Africana.
Los esfuerzos de la UA por preservar la paz, la seguridad y la estabilidad del continente chocan con la evolución hipertrofiada de la amenaza terrorista.
Al avance sin precedentes de los yihadistas, que atemorizan el aparato de seguridad de los Estados, se oponen las debilidades de los mecanismos creados por la UA, para contrarrestar la amenaza terrorista regional e internacional.
Se recuerda que los Jefes de Estado y de Gobierno, durante la cumbre de la UA en Septiembre de 2002 en Argel (Argelia), aprobaron la Convención de Argel y su Plan de Acción, con el lanzamiento del Centro Africano de Estudios e Investigaciones sobre Terrorismo (CAERT).
CAERT, con una red de 47 puntos focales y siete puntos focales regionales, actúa como una estructura para centralizar información, estudios y análisis sobre terrorismo, y tiene como objetivo desarrollar programas para fortalecer capacidad en la lucha contra el terrorismo de los Estados Miembros de la UA.
“Lamentablemente, las diferentes resoluciones adoptadas por la UA difícilmente se traducen en actos concretos. Siempre nos reunimos, hablamos y escribimos mucho, pero no actuamos en consecuencia”, dijo en su momento, el entonces Presidente de Chad, Idriss Déby Itno, ante sus colegas, debido a la incapacidad de los instrumentos adoptados por la UA para prevenir y combatir el terrorismo.
Los ideales de la Agenda 2063 de la Unión Africana
En su solemne declaración, realizada en 2013, con motivo del 50 aniversario de la ex OUA, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana (UA) reafirmaron su compromiso con el desarrollo acelerado del continente.
Según "Thinking Africa", los líderes africanos también se han comprometido a incluir tales objetivos en sus planes nacionales de desarrollo y en la elaboración de la Agenda Continental 2063, a través de un proceso dirigido a los pueblos, con miras a hacer realidad la visión de la UA de un África centrada en las personas, próspera, integrada y en paz con África.
Según la misma declaración, la Comisión de la Unión Africana (CUA), en estrecha colaboración con la Agencia de Coordinación del Desarrollo de la Nueva Alianza para África (NEPAD) y con el apoyo del Banco Africano de Desarrollo (BAD) y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEA), comprometidos en el proceso de definición de una Agenda Continental para los próximos 50 años.
El objetivo de esta agenda es definir, para los próximos 50 años, una senda de crecimiento para África, teniendo en cuenta las experiencias de los últimos 50 años.
Considerada como una estrategia global para optimizar el uso de los recursos africanos en beneficio de todos sus niños, la Agenda 2063 tiene las siguientes prioridades:
- Conectar capitales africanas y centros comerciales a través de una red de trenes de alta velocidad, facilitando la prestación de servicios y personas, reduciendo costes de transporte y aliviando corrientes y futuro, mediante el aumento de la conectividad ferroviaria;
- Transformar África, de proveedor a procesador de materias primas, permitiendo a los países agregar valor, extraer mayores ingresos de productos básicos, integrarse en cadenas globales de valor, favoreciendo así la diversificación, basada en valores agregados y en desarrollo de contenido local
- Acelerar el comercio interafricano y fortalecer la posición comercial de África en el mercado mundial, fortaleciendo la voz común del continente y su espacio político en las negociaciones mundiales;
- Promover la conectividad intrarregional entre capitales africanas, creando un mercado de transporte aéreo único y unificado en África, como motor de integración y crecimiento económico en el continente.
Aún en el punto de vista de la UA sobre la Agenda 2063, la Zona de Libre Comercio Continental Africana (ZCLCA), con un mercado de 1.200 millones de personas, lo que representa un Producto Interno Bruto (PIB) de 2.500 millones de dólares, debe ser un vector de integración económica y política.
Según la Comisión Económica para África (ECA), la instalación de la ZCLCA puede intensificar el comercio interafricano en un 52,3%, eliminando los aranceles aduaneros a las importaciones y duplicándolos, si existen barreras no arancelarias son reducidos.
Dado que la ZCLCA también es un mercado potencialmente fuerte, las proyecciones indican que en el horizonte de 2050, África tendrá 2.500 millones de personas, verá su economía crecer el doble, en comparación con las economías de los llamados países desarrollados.
Zona de Libre Comercio Continental Africana
La decisión de poner en marcha el proyecto Zona de Libre Comercio (ZCLCA) se tomó en Enero de 2012, durante la 18a Cumbre Ordinaria de la UA, cuya creación estaba prevista para 2017, pero el proceso de negociación se inició en Junio de 2015 en Johannesburgo, durante la 25a Sesión Ordinaria de los Jefes de Estado.
Según la revista internacional “Actualité”, a partir de Enero de 2021, la institución, liderada por el sudafricano Wamkele Mene y cuya sede está en Accra (Ghana), fue inaugurada simbólicamente en Niamey (Níger), el 7 de Julio de 2019, en presencia de 4.500 delegados e invitados, de los cuales 32 son Jefes de Estado y más de 100 ministros.
El proyecto, que entró en vigor el 1 de Enero de 2021, tiene como objetivo impulsar los intercambios intraafricanos y reforzar el desarrollo económico a escala continental, dice el diario, revelando que de los 54 países miembros, 34 ya han ratificado el acuerdo y 41 inició el desmantelamiento arancelario de los bienes de importación.
Uno de los principales objetivos es eliminar el 90% de los derechos de aduana en cinco años, para las economías más avanzadas, y diez años para el resto, subraya la revista mensual africana.
Además de considerar los intereses nacionales, a menudo divergentes dentro del grupo, uno de los mayores desafíos de la ZCLCA tiene que ver con su capacidad para desarrollar infraestructuras logísticas capaces de responder a los flujos comerciales intraafricano a gran escala.