Nueva York - El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió este viernes a todos los países que autoricen la entrada y la permanencia de las personas que huyen de Sudán y cancelen las deportaciones de los solicitantes de asilo con pedidos rechazados.
La ONU señala que más de 100.000 personas ya abandonaron Sudán y calcula que la cifra podría aumentar hasta las 860.000 como consecuencia del conflicto estallado a mediados de abril entre el ejército y las fuerzas paramilitares.
La directora de protección internacional del ACNUR, Elizabeth Tan, agradeció la solidaridad de los países vecinos y subrayó que las personas que huyeron o que ya estaban fuera de Sudán "no pueden regresar" por el momento.
Por lo tanto, necesitan protección internacional, lo que significa garantizar su acceso "sin discriminación" a cualquier territorio, independientemente de que tengan o no documentos acreditativos o sean apátridas.
En este sentido, el ACNUR señaló que puede haber personas cuya solicitud de asilo haya sido rechazada y que ahora necesiten asistencia debido al "cambio de circunstancias" en Sudán.
ACNUR también expresó su preocupación por la situación de los 1,1 millones de refugiados y solicitantes de asilo de otras nacionalidades que vivían en Sudán antes del conflicto, principalmente de Sudán del Sur.
“Cualquier refugiado que viaje a un tercer país en busca de seguridad debe ingresar a los procedimientos nacionales de asilo”, dijo Tan.
Naciones Unidas pidió 445 millones de dólares (unos 403 millones de euros) para prestar ayuda humanitaria a las personas desplazadas por los enfrentamientos entre el jefe del Ejército Abdel Fattah al-Burhane y el jefe de las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF, en sus siglas en inglés), Mohamed Hamdane Daglo, que desde el 15 de abril causaron por lo menos 550 muertos.
Las sucesivas treguas entre las dos partes no fueron respetadas y los bombardeos y tiroteos continuaron hoy sacudiendo la capital Jartum, por 21 días consecutivos.