Nueva YorK - Las Naciones Unidas pidieron hoy "urgentemente" 396 millones de dólares para evitar que "una crisis de hambre y desnutrición" en el nordeste de Nigeria, reducto de grupos extremistas, "se torne totalmente catastrófica".
“Más de medio millón de personas podrían sufrir niveles de emergencia de inseguridad alimentaria, con altísimos índices de desnutrición aguda y mortalidad, si no se produce un aumento rápido y significativo de la asistencia humanitaria”, advirtió la Oficina de las Naciones Unidas para Coordinación del Territorio (OCHA) en un comunicado.
La agencia de la ONU estima que "aproximadamente dos millones de niños menores de 5 años" podrían sufrir "desgaste extremo" este año, solo en los estados nigerianos de Borno, Adamawa y Yobe, que forman parte de la región devastada por la violencia de los ataques de Boko Haram y el Estado Islámico en la Provincia de África Occidental (ISWAP).
OCHA advierte que la hambruna se extendió en la región como "resultado de años de conflicto e inseguridad", así como del aumento de los precios del combustible y los alimentos, y el impacto de los choques climáticos como las inundaciones de 2022.
El noreste de Nigeria sufre la violencia de Boko Haram desde 2009, que ha empeorado desde 2016 con la aparición de su ala, ISWAP.
Las dos organizaciones extremistas buscan por separado imponer un Estado islámico en Nigeria, un país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
Boko Haram e ISWAP ya mataron más de 35.000 personas y provocaron el desplazamiento interno de unos 2,7 millones, principalmente en Nigeria, pero también en países vecinos como Camerún, Chad y Níger, según datos del gobierno y de las Naciones Unidas.