Maputo - Muchos de los millares de personas que huyeron del ataque armado de hace nueve días a Palma, en el norte de Mozambique, "están altamente traumatizadas" y aún "en estado de choque" al llegar a Pemba.
Aparentemente llegan bien después del rescate, pero "a partir del momento en que perciben que están a salvo en la ciudad de Pemba, entonces comienzan a mostrar sus emociones", describe a la Lusa Margarida Loureiro, jefe del escritorio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Cabo Delgado.
"Greo que nadie está bien", dijo al caminar en dirección a un centro de abrigo temporario en la capital provincial, un pabellón deportivo providenciado por las autoridades mozambiqueñas.
Allá dentro, equipos de las Naciones Unidas y organizaciones humanitarias dan amparo y servicios básicos de acogida a 100 personas que no tenían familia o amigos para recibirlos al llegar el jueves.
Viajaron en un barco con cerca de 1.100 personas que estaban escondidas junto al recinto del proyecto de gas de la Total, en Afungi.
La operación de recepción "corrió muy bien, de forma coordinada con las autoridades y colaboradores humanitarios", describe Margarida Loureiro.
Excluyendo 100, con todas las otras fue posible localizar familiares y amigos para recibirla e instalar.
Una "solidaridad inmensa" por parte de toda la región al sur y oeste de Cabo Delgado para con la población que sale de los distritos bajo conflicto.