Nueva York - Los ataques contra los periodistas aumentaron en los países de África Austral y Oriental en 2022, dijeron hoy el Instituto de los Medios de Cumunicación de África Austral y la Amnistía Internacional (AI), en el Día Mundial de la Libertad de prensa.
“Las autoridades de estas dos regiones incrementaron los ataques contra periodistas y la libertad de prensa en toda la región para suprimir noticias sobre corrupción y violaciones de derechos humanos en 2022”, escriben las dos organizaciones no gubernamentales en un informe publicado hoy.
Según el director de AI para África Meridional y Oriental, Tigere Chagutah, citado en el documento, "hay una tendencia preocupante de ataques, acoso, intimidación y criminalización del periodismo en los países de África Oriental y Meridional, lo que demuestra hasta donde están dispuestas a llegar las autoridades para silenciar a los medios de comunicación que exponen acusaciones de corrupción y abusos a los derechos humanos".
"Los periodistas son un espejo para la sociedad, atacarlos simplemente por hacer su trabajo envía el mensaje equivocado de que los estados no están preparados para implementar sus obligaciones de derechos humanos y rendir cuentas", agregó el director regional del Instituto de Medios de África Meridional, Tabani Moyo.
El informe presenta ejemplos de prácticamente todos los países de estas dos regiones africanas, concretando el caso de Mozambique, donde “los periodistas considerados críticos con el Gobierno son objeto de amenazas, hostigamientos e intimidaciones”, recordando el caso del director de Crónica Jurídica, Armando Nenane, quien recibió un balazo de dos hombres que “dijeron cumplir órdenes de sus superiores”.
Además de este caso, estas dos ONG presentan casos de prácticamente todos los países de la región, como Etiopía, que arrestó a 29 periodistas el año pasado, y la República Democrática del Congo, "donde los periodistas son constantemente amenazados, intimidados, detenidos y en ocasiones incluso asesinados con impunidad por hacer su trabajo".
La libertad de prensa “es fundamental para garantizar sociedades transparentes, y si las autoridades se comprometen a construir sociedades que respeten los derechos humanos y responsabilicen a los gobiernos, entonces deben dejar de intimidar y hostigar a los periodistas”, bajo pena de “lanzar a las sociedades a la oscuridad”. concluye el informe.