Andulo – El año 2007 seguramente quedará marcado para siempre en la vida del joven Aurélio Camutcheco, ya que fue durante ese período que sufrió un grave accidente en el tramo Andulo-Cuito (provincia de Bié), que lo dejó parapléjico.
Por Leonardo de Castro, periodista de la ANGOP
Como consecuencia de este mismo desastre, en el que murieron los otros cuatro ocupantes del vehículo en el que viajaba, el adolescente, que entonces tenía sólo 17 años, se vio incapaz de continuar sus estudios en octavo grado.
Después de un tiempo, tras recuperarse de las heridas y traumatismos, hoy, a sus 34 años, el joven ha sido visto como un ejemplo de superación en el municipio de Andulo, su ciudad natal, por negarse a vivir de limosnas, como muchos, y apostar en pequeñas empresas.
Padre de dos hijos, Aurélio Camutcheco, de forma ambulante, con su silla de ruedas, recorre las calles del pueblo vendiendo gafas sin receta, ganándose la atención y la admiración de todos.
Para iniciar un negocio, en 2012, cinco años después del accidente, el joven invirtió 100.000 kwanzas.
Desde entonces, el negocio ha crecido lo suficiente como para poder mantener a su familia.
En declaraciones a la ANGOP, en el ámbito de Abril/Joven, el “usuario de silla de ruedas” reveló que nunca pensó en vivir de limosnas, a pesar de su condición actual, ya que es una práctica que considera humillante, sin dignidad alguna y que seguramente lo llevaría a la miseria.
Reconoce las dificultades en la lucha contra la desigualdad, ya que encuentra varias barreras al tratamiento en casi todos los sectores.
Por ejemplo, se queja de la falta de rampas de acceso en las instituciones, ya sean públicas o privadas.
Pese a ello, Aurélio Camutcheco animó a los jóvenes, personas con discapacidad o no, a invertir en emprendimientos para reducir las desigualdades sociales.
“Si cada joven decide iniciar un negocio, por pequeño que sea, habrá una reducción de la tasa de desempleo, especialmente entre los jóvenes, ya que el Estado no puede absorber a todos”, advirtió.
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